Flirt || Jung Jaehyun

flirt | 40

Había citado a Yeosang a una pizzería, con toda la intención de aclarar el malentendido y así poder continuar con mi vida, porque a día de hoy, viernes anterior a mi cita con Jaehyun, era un asunto que me estaba comiendo la cabeza. No quería que interfiriera con un día que muy seguramente debía ser encantador, por lo que era algo que tenía que ser abordado pronto. Tampoco quise mentirle a Jaehyun, así que esta vez le avisé dónde y con quién estaría, por supuesto obviando las razones. No parecía muy contento con la idea, sin embargo no hizo reclamo alguno y me deseó suerte.

Había llegado decidida al local, viendo que mi amigo se había adelantado y ya se encontraba en una de las mesas. Al principio no quise comentar nada hasta que tuviéramos la comida, pero eso significó verme enredada en una de nuestras nostálgicas historias, consiguiendo distraerme por un buen rato. Todo rastro de decisión había sido borrado entre carcajadas, recordando aquella vez en la que una de las populares porristas se había interesado por el chico, dejándolo balbuceando al pedirle salir con ella.

—Todavía no puedo creer que la cagaras con Jiwoo —me burlé, atrapando entre mis dientes un nuevo trozo de pizza.

—Llámame loco, pero no estaba interesado en ella —confesó, encogiéndose de hombros.

—En efecto, estás loco —confirmé entre risas, negando con la cabeza de solo pensarlo.

—Digamos que... en ese entonces me gustaba otra persona —reveló, a lo que alcé una ceja curiosa. Se me hacía extraño que no me lo hubiera contado al momento, pues éramos lo suficientemente unidos como para tenernos esa confianza.

—¿Por qué no me lo dijiste? Pudiste haberte ahorrado las semanas de Seungyeon burlándose de ti —abrí los ojos como platos, pensando en la nueva posibilidad—. No me digas que... ¿Era Seungyeon?

—No, Yoo —negó con una pequeña sonrisa un tanto triste, que me hizo ladear la cabeza en confusión. Entonces estiró la mano por sobre la mesa, tomando la mía y entrelazando nuestros dedos—. Eras tú.

Pestañeé repetidas veces, incrédula, esperando que se tratara de un chiste, esperando que saltaran un montón de personas de los asiento revelando que se trataba de una broma de cámara escondida, pero nada de eso pasó. En cambio, se mantuvo a la expectativa en silencio, observando detenidamente mis movimientos. Me tomó más de lo que debería volver a la realidad, carraspeando y deslizando mi mano por la mesa hasta que cayera sobre mi regazo.

—Yeosang, yo-

—Yoojin, si no te lo dije en ese momento fue porque sabía que me iría a final de año. La razón por la que te lo digo ahora es que... al parecer volveremos para acá —contó, y lo escuché en silencio a pesar de estar medianamente al tanto de ello—. Mi abuela enfermó, y mis padres no quieren estar lejos de ella. Volveré, Yoo, y... Creo que esta puede ser nuestra oportunidad —hizo una pequeña pausa, en lo que se pasaba las manos por el cabello un tanto nervioso—. Yoojin, debe ser el destino. Cuando Seonghwa me contó sobre Seungyeon, en lo primero que pensé fue en ti y decidí ir por las tardes en un intento de verte. ¿Por qué más iría a buscar a ese inútil?

—Yeo... —intenté interrumpirlo, aunque mi voz salió como un suave murmullo que pasó por alto.

—Entonces quedamos y la pasamos muy bien en el parque acuático, no me lo puedes negar. Yo... Mi corazón se rompió cuando hablaste de ese chico, pero no es más que un imbécil. Estoy seguro de que puedo ser mejor por ti, para ti. Sentí esperanza cuando me citaste acá, nos hemos estado riendo mucho, ¿no es así?

—Yeosang, no es... Esto —suspiré—, esto era justo de lo que quería hablar —me mordí el labio y golpeteé inquieta con mi zapato en el suelo, sintiéndome terrible al ver el ápice de esperanza en sus ojos—. Cuando intentaste besarme, me confundí mucho y quise creer que fue un impulso. Yeosang, solo somos amigos, eso lo sabes —declaré, a lo que asintió lentamente.