flirt | 13

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Se me había hecho imposible conciliar una cantidad sana de sueño. Pasé la mitad de la noche dando vueltas y vueltas en mi cama, incapaz de conseguir una posición cómoda. Y es que ¿cómo podría? Todavía sentía sus labios sobre los míos, su agarre en mi cintura. La delicada forma con la que había tomado mi rostro.

¡Maldición! Estaba jodida.

Incluso me había ganado un regaño de Renjun, que prometió no decirle a nadie sobre lo que había visto una vez le aseguré que no significaba nada. ¿Era cierto? Porque en otras ocasiones, en otros besos, no me había llegado a sentir así. No es que hayan sido muchas, claro está, pero nunca me estancaba –como ahora– en recordar cada detalle.

Para sacarme de mis pensamientos, sonó mi teléfono indicando una llamada. Una leve culpa apareció en cuanto leí el nombre en pantalla, pero rápidamente la disipé y atendí.

—¿Qué pasa? —pregunté. Estaba a punto de salir a buscar a Seungyeon para ir a clases, por lo que me pareció extraño que llamara.

¡Espera en casa, llego pronto! —ladeé la cabeza. Siempre era yo quien la buscaba, era inútil venir a mi casa, que estaba más lejos.

—¿Y eso por qué? Ya casi salgo a tu casa.

¡Es que Jaehyun nos vino a buscar! Ya estamos muy cerca, sal.

Con eso, colgó, dejándome atónita en medio de mi sala. Al escuchar unos golpes en mi puerta, me limité a tomar mi bolso y abrirla. Su sonrisa me aceleró el corazón al instante, y se lo atribuí a la sorpresa.

—¿Qué crees que haces? —fingí un tono de molestia para ocultar la sonrisa que amenazaba con aparecer en mis labios, porque aunque me sintiera culpable y como la mismísima mierda, había algo cálido en mi pecho.

—No es la primera excusa que saco para verte —dijo rodando los ojos, y acto seguido se dio la vuelta para entrar a su auto.

Lo seguí con la cabeza gacha, incapaz de eliminar el calor de mis mejillas. Seungyeon me saludó y comenzó con su habitual parloteo, contándonos lo fantástico que había sido su día de ayer. Noté las veloces miradas que me brindaba Jaehyun por el retrovisor, y me encogí en mi asiento. Me sentía de lo más culpable, pero no era por medio del arrepentimiento, de lejos.

Era por identificar mis ganas de volver a besarlo.

La primera en salir del vehículo en cuanto llegamos fui yo, con la increíble necesidad de huir de aquella situación. Apenas crucé por la entrada, vi a Jungwoo, que se encontraba junto a Taeil y Taeyong en una de las bancas, y al notarme hizo el amague de levantarse y venir a saludar. Sin embargo, apretando el agarre en mi bolso, aceleré el paso y entré a la institución, escabulléndome hasta el salón de mi primera clase.

Como era de esperarse, Seungkwan ya estaba ahí. Sus padres lo dejaban todos los días muy temprano por tener que ir a sus trabajos, que eran muy lejos. Él siempre era el primero en llegar, y eso era un alivio. Siempre estaba en caso de emergencia.

—Hola, Boo —saludé con una media sonrisa que me corresponde.

—Estás huyendo, ¿a que sí? —se burló. No es que sea adivino, sino que tengo la respiración agitada y supongo que es raro que entre al salón así de temprano.

—Se podría decir —admití con una mueca, tomando asiento a su lado. Si había alguien en quien confiaba, alguien que seguramente no me juzgaría, era Seungkwan.

—¿Lo mismo que te hizo llegar tarde la otra vez?

Bueno, quizá sí sea adivino.

Asentí— Ni una palabra más —mascullé, en un intento de que no comenzara una tortura. Alzó las manos en señal de inocencia, sin dejar atrás su sonrisa—. Es complicado.

Flirt || Jung JaehyunHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin