Flirt || Jung Jaehyun

flirt | 07

Luego de terminar la fallida cita, el procedimiento fue como el del otro día en el que Jaehyun nos llevó a casa. Primero dejamos a Jungwoo, quien seguía disculpándose por no haber estado pendiente de mí e incluso lo comparó con el asunto de la cabaña; luego a Seungyeon, que estaba infinitamente convencida de que si hubiéramos subido a las tacitas con ella todo hubiera salido bien.

En cuanto ella bajó, me dediqué a mirarlo de reojo, cómo todavía no arrancaba de la entrada de casa de mi amiga. Hizo una seña para que me pasara al asiento de en frente y así hice, recibiendo una sonrisa satisfecha de su parte.

—Sabes... —comenzó, viéndome de arriba a abajo. ¿Tenía algo malo? Me removí ante su mirada— la pasé muy bien hoy, no te voy a mentir.

—Yo también —secundé casi inmediatamente, por lo que me regañé en mi mente.

Rió y arrancó— Ahora puedes ser perfectamente mi informante clave.

¿Disculpa?

¿Escuché bien?

Me sentí como una idiota al instante. Todo tenía sentido. Él había venido para una cita con ella; la tipa más hermosa y sexy del mundo estaba saliendo con él, sin embargo se había volteado para jugar a los carritos chocones conmigo. Era más que obvio que eso no tenía sentido, era obvio que solo buscaba llevarse bien conmigo para quedar bien con ella. Tampoco es como si eso fuera algo malo, al final soy solo la mejor amiga de la chica que le gusta, tenía razón en querer ser mi amigo.

No obstante, aún teniendo la teoría, me costaba no sentirme decepcionada al descubrir sus verdaderas razones de pasar la tarde a mi lado, quién sabe por qué.

—No quiero ser informante clave —sentencié por millonésima vez, con un tono más severo del que planeé, cosa que lo sorprendió notoriamente.

—¿Y por qué no? Sigues diciendo lo mismo desde que nos conocemos y tampoco es como que sea la gran cosa.

—Solo estoy cansada de que se hagan mis amigos y termine de paño de lágrimas como con el chico que viste el otro día —confesé por impulso, y me arrepentí inmediatamente de mis palabras. No es que fuera un secreto la forma en la que Seungyeon trataba a los muchachos, él incluso había visto de primera mano los resultados sin saberlo, pero aún así no podía sabotear a mi amiga directamente, ¿cierto?

—¿De qué hablas?

—Nada. Lo siento, olvida lo que dije, fue una estupidez. Solo... no quiero que te encariñes conmigo —intenté explicarlo sin dar tantos detalles, pero era difícil.

—¿A qué te refieres? —la confusión era obvia en su cara. Ya había comenzado algo, tenía que terminarlo de la mejor manera.

—No es personal, en serio —intenté suavizar el golpe y suspiré—. Pero los chicos no duran mucho con Seungyeon.

—¿A qué te refieres? —repitió.

—Yo... No puedo decir mucho más, espero que lo entiendas, solo... Solo ten cuidado, ¿sí?

No muy convencido y todavía con dudas en la cabeza, asintió. Agradecí al cielo el que no se pusiera a preguntar más, puesto que ya la había cagado lo suficiente.

Rápidamente llegamos a mi casa y, por mera curiosidad, me atreví a inclinarme y besar su mejilla como despedida. Sonreí triunfal al notar su expresión desconcertada, y así salí del auto. Esta vez no estaba mi hermano esperando en la puerta, por lo que pude hacer un baile celebratorio en cuanto la cerré con la seguridad de que nadie me había visto. Había vencido al rey de dejar a Yoojin con la duda, no podía ser mejor que eso.