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—¡Detente! ¡Te ordeno que te detengas! —espetó la chica temblando de terror

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—¡Detente! ¡Te ordeno que te detengas! —espetó la chica temblando de terror.

La criatura no le hizo caso, se giró un poco hacia Darla abriendo la boca para comerla de inmediato ante las protestas de Nicole, burlándose de la chica y de sus órdenes. Ella todavía no formulaba aquello como una realidad, pero estaba segura de que iba a ser devorada pronto y cuanto más rápido se acabaran las opciones, más rápido terminaría siendo parte del menú.

Archibald dio un paso adelante, queriendo hacer algo para detener la tragedia, pero su cuerpo se negó a moverse. El rostro de Darla estaba aterrado, la fuerza demoniaca de la sanguijuela le impedía volverse intangible, sin embargo, la poca energía espiritual que le quedaba, derivó en una de sus desapariciones.

El hecho de que ella estaba languideciendo, la salvó de realmente morir de manera prematura. Nicole lanzó un alarido de frustración por no ser escuchada, pero guardó silencio cuando la habitación se llenó de un aura oscura y peligrosa, instintos asesinos les calaron hasta los huesos, la criatura estaba molesta, su atención parecía centrada en la garra solitaria que había dejado ir a su ansiado bocadillo.

—Mi presa...

La voz cavernosa del monstruo no se mostró indiferente ante la pérdida. La temperatura de la habitación bajó varios grados en respuesta, consiguiendo que la sangre de Archibald se helara. La criatura no tenía ojos, pero podía notar que cuando se giró, estaba mirando a Nicole con una furia inconmensurable. De inmediato sintió un fuerte instinto de protección hacia ella, quien volvía a ser una chica indefensa temiendo por su vida.

Ella se encogió en su lugar, aunque unos minutos atrás había actuado de modo arrogante, ahora no parecía tener fuerzas para decir nada más. La sanguijuela saltó sobre ella y Archibald extendió la mano para quitarla del camino de aquellas despiadadas fauces, pero no fue lo suficientemente rápido, porque antes de poder tocarla ya había sido engullida por el monstruo.

Sus ojos se abrieron de par en par, tenía ganas de gritar por el terror y la impotencia, pero la voz no le salía. Era casi inconcebible la idea de que lo que estaba pasando fuera real, sin embargo, la bestia tragó y se giró hacía él, recordándole que el peligro estaba y que él era el siguiente esperando en el corredor de la muerte. Archie retrocedió dos pasos, notando como el cuerpo de Nicole traspasaba la quijada de la sanguijuela y caía inerte sobre el suelo. Parecía que estaba respirando, tenía los ojos abiertos, por un momento tuvo esperanzas, pero después ella dejó de moverse y supo que la había perdido.

Aechibald sintió que el piso se movía, los oídos le zumbaron y sintió ganas de vomitar. Nicole parecía una muñeca, un maniquí, tenía todavía los ojos abiertos y lo miraba fijamente. La criatura también parecía estarlo mirando.

Sus piernas se movieron por instinto, retrocedió dos pasos para alejarse, pero las fuerzas le fallaron, por lo que tropezó, cayendo al suelo como un peso muerto. Se sentía completamente indefenso ante el monstruo que parecía olfatear el aire. Archie fue consiente del momento en que la sanguijuela "lo vio" porque la criatura se quedó muy quieta, su boca llena de dientes se entre abrió y comenzó a salivar. Archibald tragó duro.

Sobre mi cadáver (HDLO#1)Where stories live. Discover now