(LGBT+) Archibald puede ver fantasmas.
Darla es algo muy parecido a uno.
Un espíritu no puede conservar su lugar en el mundo, sin embargo, Darla piensa que con ayuda de Archie podrá cumplir al menos un último deseo.
Peligrosos eventos envolverán a l...
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Un año atrás
Chae acomodó sus libros, revisando dos veces si tenía todo listo. Los exámenes estaban a la vuelta de la esquina y necesitaba ponerse al corriente con los chicos del ranking, hasta ahora nunca había podido subir tan alto como para que su nombre apareciera al lado del de Maxine Reed en la lista.
Ella era muy consciente de que superar a Maxine estaba muy lejos de lo que podía llegar a soñar, pero esperaba al menos conseguir que su nombre estuviera cerca de lograrlo. Su familia nunca había sido exigente con ella, de hecho, no esperaban nada de ella, lo cual era frustrante.
Chae Ri sabía que en el futuro lo único que le esperaba era casarse. Su hermano mayor, estaba volviéndose loco con la presión para poder hacerse cargo de la familia cuando cumpliera veinticinco, mientras ella se la vivía fácil tratando de asimilar que le esperaba una boda después de salir de la preparatoria.
Faltaban dos años y unos cuantos meses.
Cómo sea, mientras trataba de probarse a sí misma se había dado cuenta que en realidad era una vergüenza de ser humano. Lo único que sabía hacer era estudiar y ni siquiera era la mejor haciéndolo, sin embargo, ella se negaba a rendirse con sus aspiraciones.
—Chae Ri.
—¡Darren! —la voz del chico hizo que saltara del susto, sorprendida por la intromisión de un hombre en su habitación—. ¿Qué estás haciendo aquí?
—Vine a verte —dijo recargándose de la puerta, cruzándose de brazos. Chae debería haber estado acostumbrada a su presencia a esas alturas, pero la verdad, era demasiado difícil teniendo en cuenta que el aura intimidante de Darren parecía estar encendida todo el tiempo.
—No voy a aceptar ninguna petición irrazonable —espetó, terminando de acomodar sus libros en la mochila y preparándose para salir. A pesar de que por lo general se llevaban bien, siempre que el muchacho aparecía por los dormitorios de las chicas era porque estaba a punto de hacer alguna sugerencia incómoda.
—Hablé con tu papá —dijo, soltando un suspiro—. Y estamos de acuerdo en que deberías dejar la escuela pronto.
Ahí estaba, Chae Ri sabía que saldrían con algo como eso, ni siquiera debería haberse sorprendido.
—Ustedes siempre tan caballeros, todo el tiempo tomando en cuenta lo que yo quiero —su tono sonaba sarcástico, estaba un poco harta de las exigencias de aquellos dos. Por lo general Darren era mucho menos mandón que su padre, pero últimamente estaba muy insistente con el temita de que se saliera de la escuela.
—Es diferente, yo no tengo opción —su tono no cambió ni un poco. Darren nunca dudaba.
—Claro, también hubiera sido diferente si Tae joon hubiese sido quien entró a estudiar contigo —Chae ri era consciente de su estatus en la familia y odiaba que se lo restregaran en la cara.
