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Los poderes de Mercy se manifestaron más o menos un año atrás y pusieron su vida de cabeza

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Los poderes de Mercy se manifestaron más o menos un año atrás y pusieron su vida de cabeza. Al principio, empezó a tener fuertes migrañas que llegaban de manera repentina y se marchaban sin avisar. Cuando su cabeza comenzaba a doler no había poder humano que pudiera detener las molestias y solo le quedaba esperar a que estas pasaran.

Al principio su madre no le prestó mucha atención porque él solía pasar por estos episodios cuando era niño y después de conseguir una medicina que le asentara, el problema no pasó a mayores. Sin embargo, cuando las migrañas se volvieron más frecuentes y prolongadas la mujer recurrió a médicos expertos que pudieran ocuparse del asunto. Tristemente ninguno consiguió encontrar lo que estaba mal en él.

Durante un tiempo se vio obligado dejar la escuela y renunció al equipo de fútbol porque los ataques se estaban volviendo más violentos, hasta el punto en que era peligroso siquiera salir de casa. Su madre ya comenzaba a considerar las sugerencias que recibió de someterlo a tratamientos experimentales de hipnosis o terapia de choques, cuando Mercy vio su primer fantasma.

Al principio sólo era una sombra colocada de forma extraña en puntos donde no debería poder reflejarse ninguna silueta, efectos de luz físicamente imposibles o sonidos cotidianos que provenían de lugares extraños. Por lo general estos fenómenos se daban cuando estaba fuera de casa y aumentaron cuando tuvo que ir a vivir un tiempo con su tía porque su madre no tenía tiempo para cuidarlo debido a su demandante trabajo como enfermera.

La casa de la mujer, Christina Lee, era antigua, heredada de sus suegros, quienes en su momento también la recibieron como herencia. Christina era una mujer muy tradicionalista, así que durante el tiempo que vivió con ella fue cómo estar atrapado en una cápsula del tiempo.

La habitación en la que dormía era la de su primo mayor, quien ya se había mudado porque acababa de casarse, dejando libre un gran espacio en la casa. George, que era el nombre del susodicho y los iba a visitar de vez en cuando con su mujer. Todo parecía estar relativamente tranquilo ahí, con excepción de la sombra que aparecía de vez en cuando y los dolores de cabeza.

Al principio Mercy pensó que el tiempo lejos del estrés y los problemas podrían mejorar su estado. La casa de su tía Christina era muy pacífica, así que era cómo vivir escondido en un pequeño paraíso de tranquilidad y paz. Sin embargo, el ambiente sólo empeoró sus ataques las primeras semanas, hasta el punto en el que tenía tanto dolor que pensó que iba a morir.

Para su sorpresa, luego de una noche especialmente tormentosa, los dolores fueron decreciendo poco a poco hasta casi desaparecer.

Pasaron algunos meses y todo el mundo cantaba victoria al ver que su salud estaba mejorando. Su tía se adjudicaba este hecho asegurando que se debía a sus cuidados y a su asombroso té preparado en casa (cuya receta jamás le había contado a nadie). Mientras que su madre, quien estaba abrumada por todos los sucesos de los últimos meses, creyó que estaba viendo la luz al final del túnel.

Sobre mi cadáver (HDLO#1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora