(LGBT+) Archibald puede ver fantasmas.
Darla es algo muy parecido a uno.
Un espíritu no puede conservar su lugar en el mundo, sin embargo, Darla piensa que con ayuda de Archie podrá cumplir al menos un último deseo.
Peligrosos eventos envolverán a l...
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La escuela era aterradora de noche. Los pasillos estaban a oscuras, no había ni un alma en ellos a excepción de los muertos que no podían descansar en paz. En una situación normal él no habría salido del edificio donde estaban los dormitorios, pero esta no era una situación regular, había un extraño fantasma rondando el lugar y acosando a un montón de chicas indefensas, así que se sentía con la obligación moral de meterse de lleno en ese asunto. Sin embargo, era un poco difícil intentar hacer algo bueno cuando tenía a una molesta chica chillando tonterías en su oído.
—Te lo digo, es ella —Darla estaba así desde que hablaron esa misma tarde—. Esa chica Dickens tomó mi habitación, a mi novio y mi puesto en el club Hudson. Tienes que ser ella —exclamó, girando sobre su propio eje, mientras levitaba hasta llegar al techo y luego bajaba con mala cara—. Además, ella tiene cara de hada dulce, pero todos sabemos que es un demonio. Su perfil es tan exacto que asusta —agregó, frunciendo el ceño.
—Hay un pequeño problema con eso —dijo, saliendo a campo abierto por una de las ventanas, para dirigirse al sitio donde vio pasar a Ramsey Williams una media hora atrás—. Si ella fuera la sanguijuela entonces tendría que estar enamorada de mí y créeme, eso no pasaría ni en un millón de años.
—¿Por qué no? —preguntó ella cruzándose de brazos—. Esa chica está obsesionada contigo, no me sorprendería si le gustaras —comentó haciendo una mueca. Pero Archie sólo negó con la cabeza y siguió caminando hasta que su vista se posó en una figura alta y desgarbada que caminaba rumbo al lago.
Extraño.
—Mira, hay cosas que pueden pasar en la realidad y después está la posibilidad de que Sunshine Dickens se fije en mi de manera romántica —él hizo una mueca—. No es que me considere un esperpento, pero teniendo en cuenta cómo me trata entonces sería muy retorcida si realmente le gusto.
—Estamos hablando de una chica lo suficientemente loca cómo para tratar de matarme —explicó Darla—. Claro que puede tratarte cómo la mierda estando enamorada de ti, de eso se trata esto —ella resopló, empujándose el cabello para lanzarlo lejos de su rostro—. No puedo pensar en nadie tan aterradora y retorcida cómo ella —explicó, colocándose las manos en las caderas.
Archie no respondió a las acusaciones y siguió caminando hacia el lago, donde pronto divisó la figura de Ramsey Williams sentado a la orilla del lago, con una extraña postura que transmitía mucha tranquilidad. Al chico le sorprendió que el ambiente estuviera tan despejado cómo para ver más allá de sus narices, sin embargo, de inmediato se dio cuenta que la zona oscura del lago sólo se había recorrido hacia la parte más lejana, ahí donde ya nadie se asomaba. Aquello lo alivió.
—Hablaremos después —dijo tomando aire y caminando hacia el fantasma, quien ofrecía una lamentable imagen mientras permanecía encorvado y jugando con una flor blanca.
—Bien, el trabajo es primero —aseguró Darla, levantando los puños en señal de ánimo antes de comenzar a avanzar detrás de Archie.
La decisión en los pasos de los dos se desvaneció cuando quedaron a un metro del muchacho ¿Ahora qué? Archie frunció el ceño y supuso que tendría que hablarle.
