(LGBT+) Archibald puede ver fantasmas.
Darla es algo muy parecido a uno.
Un espíritu no puede conservar su lugar en el mundo, sin embargo, Darla piensa que con ayuda de Archie podrá cumplir al menos un último deseo.
Peligrosos eventos envolverán a l...
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Archibald Noble era la peor pesadilla de Irina Grace. Cada noche antes de irse a la cama imaginaba su rostro de niño, mirándola cómo si fuese una especie de diosa curandera mientras sostenía a una chica moribunda en brazos.
En algunas de sus pesadillas el chico le reclamaba el no haber sido lo suficientemente rápida al atender a Darla Fisher y en otras ella nunca conseguía salir de su estupor, así que la muchacha moría desangrada en la camilla de la enfermería.
Para Irina el día del incidente había sido el peor día de su vida, ella era demasiado joven, no se había esperado que algo así ocurriese dentro de la escuela, así que fue descuidada, demasiado lenta. A menudo se recriminaba el haber dejado la enfermería sin llaves y haber permitido que todas aquellas horribles fotografías del lugar aparecieran en la red. Se suponía que ella era una adulta, pero cometió tantos errores que ahora, medio año después, no podía dejar atrás sus remordimientos.
Y tampoco podía abandonar el miedo.
Cada vez que alguien aparecía por ahí para tratar una gripa o un dolor de cabeza, el segundo antes de que la puerta se abriese, ella podía imaginar que era Archibald Noble, cubierto de sangre y con una chica moribunda en brazos. Irina había dejado de atrancar la puerta desde ese entonces, sólo necesitaban un empujón para entrar en la enfermería, ella quería hacer las cosas más fáciles en caso de otra emergencia, sin embargo, aun temía ver el rostro del muchacho asomándose por ahí.
Aquello la hacía sentir tan culpable, que esa tarde, cuando Archibald Noble apareció en la enfermería con Maxine Reed en brazos, no pudo evitar pensar que era el karma que estaba encargándose de recordarle sus miedos.
—Ayúdala por favor —él había repetido las mismas palabras que la última vez, pero en esta ocasión su voz no sonó tan desesperada, en su lugar, se escuchó exhausta, cómo si ya no tuviera fuerzas para hacer nada más.
Ella apretó los puños, ahora era diferente. Irina había ensayado ese escenario muchas ocasiones en su cabeza y supo lo que tenía que hacer, así que de inmediato procedió a revisar a la chica.
Por alguna razón, tratándose de Archie ella esperaba encontrar alguna herida mortal inmiscuida en la ecuación, sin embargo, el panorama fue muy diferente al que imaginaba.
Maxine tenía fiebre, ni siquiera era una fiebre tan alta, una prueba rápida de azúcar le dijo que todo estaba en orden, su pulso tampoco parecía fuera de lo normal, Irina tuvo hacerle tragar un jarabe horrendo, pero eso fue todo. Max era una regular para ella, así que ya tenía memorizada la lista de sus alergias, por lo que solo la acomodó en una de las camillas para que estuviera lo más cómoda posible y después dejó que la medicina hiciera efecto. Ella no estaba muy segura, pero, cuando la chica despertara iba a ser necesario que llamase a sus padres y le mandasen a hacer estudios, aunque a simple vista parecía un resfriado que se combinó de mala manera con el cambio de clima.
