Capítulo 42

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Aquella mujer no sabía cuánto tiempo había pasado realmente, pero lo que si tenía claro era que hoy sería el último día en el que seguiría en aquel encierro. Irene estaba consiente que devolver el tiempo era algo imposible, pero por lo menos intentaría recuperar su vida, y de paso salvar unas cuantas más.

—¿Comerás hoy? —. Amordazada y atada en aquella cama Irene escucha hablar a Taeyong. —Si no comes morirás y créeme que eso me gustaría, pero por alguna razón Jisung quiere mantenerte con vida, así que come. —Con su rostro molesto Taeyong quita la banda de la boca de Irene para llevar los palillos con el alimento a esta, pero ella no lo recibe, sino que aleja su rostro, abnegad a probar bocado de aquella comida, esa que sabe que solo contiene drogas para mantenerla dócil, tal y como a esa persona le gusta que sus marionetas estén.

—Esa persona solo está manipulándote, es así siempre, va arruinar tu vida si continúas siguiendo sus órdenes, si continúas escuchándole va a acabarte—.

—Deberías ahorrar tus palabras y comer de una vez—. El chico parece molesto y lo está, sabe que solo es un pobre títere, está cociente de ello, pero al perecer el amor enfermizo que genero hacia Jisung le han atado a seguir ordenes que ni siquiera le dan un beneficio.

Irene supo que ese era momento, cuando Taeyong giro para dejar la comida en aquella mesa de madera, ella quito aquellas cuerdas de sus manos, esas que soltó previamente la noche anterior, lastimando sus muñecas en la acción.

Lentamente Irene se acercó, Taeyong no sólo era mucho más joven que ella, también era más alto, por lo que la mujer se empino y antes de que el joven alfa lo notase, puso la cuerda en su cuello, apretándola con dificultad, pero una fuerza estrambótica, aquella producida por la adrenalina del momento.

—¡Suelta! —. Pide en la lucha tortuosa por respirar aquel alfa, la mujer gruñe apretando más, su fuerza ahora comienza a ser poca, está cansada, además de que ahora debe soportar los golpes erráticos y arañazos lanzados por el alfa, le duele, pero ella no se dará por vencida, luchara por salir de allí, luchara por tener la oportunidad de hacer lo correcto.

Cuando el forcejeo disminuyo, y el chico cayo al suelo, ella soltó la cuerda y planeo irse, pero era toda una trampa, pues su tobillo fue tomado por Taeyong, haciéndola caer al suelo y golpeándose con rudeza.

—¡HIJA DE PUTA! —. Le grita levándose, pero Irene no es desertora, por lo que con un grito se pone en pie y patea al chico en la entrepierna, haciéndolo caer de rodillas y es allí que corre, sale de aquel lugar, sintiendo la luz fuerte de la mañana lastimar sus retinas.

—¡VEN AQUÍ! —. Grita Taeyong, yendo tras la mujer. Aquella casucha estaba lejana de la ciudad, y eso era algo que Irene conocía, pero, descalza, vuelta un desastre con aquella ropa andrajosa y su cabello corto, huyo, sintiendo la adrenalina de la persecución vibrar por sus venas.

—¡VOY ATRAPARTE Y TE ARREPENTIRÁS! —. Grita Taeyong apurando su paso, la mujer era pequeña y velos y la suerte pareció amarla, pues un frenar de llantas en el asfalto la hizo ver atrás, notando así que Taeyong acababa de ser arrollado por un auto, la preocupación se instaló en ella, pero no iba hacer nada, simplemente continúo corriendo, alejándose de aquel lugar, yendo en busca de otra oportunidad, que quizás no era del todo para ella.















...

—¿Crees que esté muerto, Jaehyung? —. Pregunta aquel chico a su hermano, mientras ambos observan aquel alfa inconsciente en el suelo

—No lo sé, espero que no... ¡Mierda! ¿qué hare si es así, Chenle? —. El mencionado no responde a la pregunta, simplemente toma su teléfono y llama a emergencia, ahora eso era lo importante.











Los Min [YOONMIN] Segunda TemporadaWhere stories live. Discover now