46. El amor es perdición.

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Soñe contigo.. como cada noche desde ese día en el que intentaste terminar con mi vida, no son sueños lindos, te veo en lo más profundo de la oscuridad y aunque trato de salvarte terminó ahogándome primero...

Abrí los ojos y lo primero que ví fue a los tuyos ¿Cuánto tiempo llevabas ahí? No tengo idea, pero el color azul de tu mirada tiene una tonalidad verdosa que no me gusta nada.

-¡Naruto! ¿Qué rayos te pasa?- Dije de golpe mientras te empujaba, caíste al suelo y luego me miraste confundido, no me costó nada descubrir que tu modo de entrada fue romper la ventana, me preguntó cuánto costará eso, pero ver tu mano herida fue suficiente para que no me importará el dinero, me acerque a ti y comencé a citarte al instante.

-Gracias por curarme mi lindo cerezo, eres lo mejor de mi vida, lo más lindo, lo más bello....-

-¿Qué consumiste?- preguntó sin dejar de mirar sus ojos, ese tono anormal baila en su pupila, es extraño, nunca había hecho algo así, en cuanto dejó de curarlo trato de deshacer el genjutsu que pudiera estar afectando todo, pero no es el caso.

-Nada, simplemente te digo lo que ya sabes pero te niegas a aceptar.- Sus labios se acercan con velocidad y yo tengo que alejarme casi al instante lastimandome el cuello.

-No... No.- digo con dificultad evitando la lluvia de amor tan repentina que tengo, él me babea la mejilla y la comisura del labio.

-Deja que te ame Cerezo.- Me libero del agarre con dificultad, luego salgo por la puerta dando un azotón, camino por los pasillos de la posada descubriendo el desastre, Ino sale de la habitación con una sábana envuelta, camina con sigilo, pero su mirada se encuentra con la mía.

-Si dices algo de esto te voy a matar frente de marquesina.- Me dice con rabia, yo contengo la sonrisa burlona para después, acto seguido se asoma por la puerta Kiba completamente desnudo solo cubriéndose el miembro con una servilleta.

-No, Ino, tienes que volver a la cama, podemos seguir...- cuando su mirada se cruzó con la mía hubo un momento de atención, el cual se perdió al instante y regreso a suplicar a mi rubia amiga la cual corrió y se encerró en su habitación, algo muy raro está pasando, noté el destello en los ojos de Kiba es verde igual que el de Naruto, tiene que ser un tipo de genjutsu, al salir los vi salir, esto si que fue algo inesperado, el cabello de Tenten está tan revuelto como jamás lo había visto en una chica antes, el de Neji comparte el estilo, este último no porta nada de ropa del torso para arriba dejando a la vista su abdomen perfecto, la Kunoichi tiene puesta su camiseta y no lleva pantalones, ambos entran de puntitas a la posada, no me costó nada hacer que me mirarán pero esta vez el resultado fue al doble, ambos tienen ese brillo verde en su mirada... No solo afecta a los hombres como lo tenía pensado, maldita sea, salgo de la posada dando un portazo, esa información servirá para molestarlos después, camino hasta subir al tejado, es complicado porque no se exactamente qué estoy buscando.

Tardo cerca de dos horas en detenerme, Nymeria está bastante agitada y no hay rastro de Hokage, es como si supiera algo que yo no, no lo comprendo, mis ojos no pueden controlarla es lo hermoso de su salvajes, cierro los ojos y dejó que su peso se deje caer a mi lado, acarició su cabeza.

-Las cosas son complicadas.- Murmuró para mí loba, como desearía que pudiera entenderme, sería mi mejor amiga... Amistad... Por un momento pensé que La Pantera Negra se estaba ganando ese lugar, me gusta mucho su forma de ser, su seriedad, madurez y precisión, no le tiene miedo a nada, nunca me auto llame Pantera Negra porque no me siento digna... Siento mi estómago arder, decido eliminar los pensamientos de mi cabeza y dedicarme a entrenar y sacarle filo a todas mis armas, crear trampas y practicar mis invocaciones, ahora ya soy capaz de invocar equipo médico, también algunas armas aunque no soy mucho de utilizarlas prefiero el combate cuerpo a cuerpo o jutsus.

Si todo fuera de un color cerezo. Where stories live. Discover now