28. Hasta pronto.

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Sentí como me arrastraba por el suelo con dificultad, intente abrir los ojos pero no lo conseguí, estoy agotada, el dolor a comenzado a desaparecer, pero eso parece ser malo, mis pensamientos se confunden fácilmente con los sonidos, siento un vacío perfecto.

Cuando abrí los ojos ya estaba en el hospital, Lady Tsunade se encontraba curando la herida de mi estómago, su chakra es tan poderoso que incluso levanta su cabello.

-Es bueno que estés despierta Sakura, no debes tratar de hablar, has perdido mucha sangre, los ninja de la arena te encontraron muy cerca de la entrada, no debes preocuparte de nada, irán como refuerzos para el grupo de Naruto.-  Sus palabras en vez de tranquilizarme me mortifica más, eso significa que mis amigos no han regresado, la idea de que ambos estén muertos me llena de tristeza, caigo desmayada antes de que pueda intentar hablar.

Abro los ojos en la habitación que ya comienza a parecerme familiar, todo sigue igual, las rejas, el agua, el árbol y ella sobre él.

-Habeis sobrevivido, menuda sorpresa.- Dice con un tono irónico en la sombra del árbol, me acerco y acarició las rejas sin sentir nada.

-¿Qué fue lo qué pasó? pensé que estarías fuera.- Le digo mirándola y buscando el sello que debería estar en la pared, ella suelta una risita.

-Tú cuerpo mortal no sería capaz de aguantar mi chakra, incluso con el poco que te presté tus celular comenzaron a morir por docenas, no seas ridícula.- Dice con todo de burla, no puedo verla, está de espaldas, solo veo su mata de cabello, pero por lo menos la masa negra tampoco está sobre ella.

-Pero, el sello que yo rompí...- Digo buscando en la esquina de la reja tratando de encontrarlo.

-Sí yo supiera donde están los malditos sellos hace mucho que no estaría aquí.-

No entiendo nada, todo es muy confuso, miro al rededor de la habitación buscando algún otro sello, debe estar mintiendo.

-¿Y el trato?- Digo temerosa, ella levanta la cabeza y se acomoda, mira un momento el techo oscuro y después me mira.

-No tengo ningún interés en hacer un trato con una chica tan débil como tú.- Me dice golpeando mi orgullo, frunso el ceño, no comprendo nada, ella tampoco hace algún esfuerzo por decirle algo.

-Entonces ¿Por qué me has ayudado?- Digo harta, me da cólera no entenderla, ¿Esta jugando con mi mente?

-No lo hice por afectó a ti si es lo que crees, solo ví la oportunidad de liberarme de Orochimaru y la tomé, desde que fuiste tan estúpida de dejarte  poner ese maldito sello he tenido un dolor de las mil putas.- Dice sin mirarme a la cara, ahora entiendo algunas cosas, puede que por eso la marca me haya dejado de molestar hace mucho, por ella puede que haya sobrevivido desde un principio y se haya mantenido en control tanto tiempo, si es capaz de librarse de ese Jutsu prohibido no imagino la cantidad de chakra que debe poseer.

-Gracias por eso.- Digo agachando la cabeza para que vea que es en serio.

-Guardate tus gracias, no me interesan, evita venir aquí, me molesta tu presencia.- Dice de nuevo dándome la espalda, me quedo en silencio unos segundos y despierto.

Abrí los ojos ya de noche, la oscuridad es completa, me duele todo, estoy vendada de los brazos, del abdomen y algunas partes de la piernas.

-¿Hola?- Digo débilmente, hasta hablar me duele, notó que mi padre está dormido en una silla a mi lado, parece cansado, no sé cuánto tiempo llevo aquí, me quedo en silencio hasta que mi vista se acostumbra a la oscuridad, no es tanta, a mi lado veo a Nymeria recostada en un cojín, sus patas están vendadas, su estómago igual, pero parece que está a salvó. Mi cuarto de la habitación es pequeño, sobre la mesita hay medicinas y pergaminos, parece que me trataron con ninjutsu, estoy conectada a un par de máquinas y tengo suero y sangre, seguro mi padre tuvo que donar y por eso está tan exhausto, luego de un rato vuelvo a caer dormida.

Si todo fuera de un color cerezo. Where stories live. Discover now