45. Dejalo ir.

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Durante la semana siguiente me la he pasado con la soledad más egoísta que existe ya que ni por un momento he estado a solas, mi hermano le contó a mis padres lo ocurrido con Sasuke, ellos hablaron conmigo y me pidieron dejarlo ir... Les prometí que ya lo había hecho y que estaba dispuesta a enterrar el tema.. pero no puedo ni por un segundo sacarlo de mi mente, llevó mi mano por inercia buscando mi collar.. pero se a hundido en el mar y jamás lo volveré a tener conmigo de nuevo, al igual que tampoco lo tendré a él..

No puedo ver la foto del equipo siete sin sentirme vacía, además de que el chisme de que "le confesé" mis sentimientos a Naruto se exparció por toda la aldea y ahora soy una maldita zorra que quiso jugar con ambos... Estoy contemplando la idea de irme de la aldea por un tiempo, hay algunos países en conflicto que necesitan médicos, planeo unirme a un escuadrón en cuanto la reconstrucción de la aldea vaya en mejora... Pero también está el tema de su combate, está más que firmado que ellos pelearán... Y yo me niego verlos morir.

El día de hoy tenemos misión, nos han citado a las 3 de la tarde, estamos presentes el equipo 7,8,10, equipo Guy y equipo Alfa, la misión consiste en transportar a nuestros señores feudales al país de la mariposa donde estarán una larga estancia a salvó de cualquier otro ataque por parte de Akatsuki, verlos a todos me hace recordar la conversación que tuvimos cuando me fui a detener a Sasuke, ellos confiaron en mí para asesinar a quien pensé era el amor de mi vida.

Los señores feudales no son como nosotros, así que la distinción es obvia porque ellos deben viajar en carretas con caballos y todas las comodidades desde comida hasta una letrina y nosotros debemos seguirlos a los lados, sus caprichos son tantos que vienen un par de carretas extras con solo sus ropas y cosas de valor. Por eso mismo somos necesarios tantos Shinobis ya que somos foco rojo para ladrones y caza fortunas, los líderes de la misión son Neji y Raiden como Jonin, nos distribuyen entre varios pares, en el primer vagón va su equipo izquierda Lee, Derecha Tenten, hasta el frente va Neji con su vista, detras de ellos va el equipo 10, luego el equipo 8, luego el equipo Alfa y al final nosotros con nuestros respectivos lobos huargo.

Caminamos en silencio por horas... Mantengo mi distancia con todos los de mi equipo, me mantengo en silencio pensativa, no quería venir a esta misión, mi deber es estar con Lady Tsunade ayudando en su recuperación, pero desde la muerte de Danzou y el rumor de una posible guerra contra Akatsuki las cosas con el consejo de ancianos se han ido tranquilizando y han permitido esperar a la recuperación de Lady Hokage.

Cuando llevamos cerca de medio día de camino una extraña figura en los arbustos hace que los lobos se pongan en alerta.

-¡Atentos!- Ordena Neji y la orden corre por los vagones, nos detenemos y ponemos en alerta. Una mujer de cabellera plateada y descuidada sale de los arbustos.

-Tantos Shinobis... Eso sólo puede significar que las sospechas son ciertas.- En su frente lleva una banda que la cubre por completo, no presenta insignia de ninguna aldea, tiene una perforación en la nariz y media máscara que cubre su boca, es de complexión delgada y sus ropas son de color rojo al igual que sus sandalias, su falda deja a la vista sus piernas delgadas.

-Venir aquí es una mala idea, lárgate y te perdonaremos la vida.- Se adelanta Raiden dando un paso al frente, la mujer niega con su dedo y sale por completo de los arbustos acercándose a Hinata.

-No, no, no, ustedes no pueden decirnos a nosotros que debemos hacer. "Nosotros" por instinto me giró a los lados descubriendo una ráfaga de viento que amenaza con volcar las carrozas, sumado a eso los caballos han entrado en pánico y por lo menos los primeros 2 han salido a todo galope provocando que el grupo se separé en dos.

-¡Tenemos que controlar a los caballos, Lee, Choji, Kiba, por ellos!- Ordena Neji activando su Byakugan rumbo a los arbustos, Naruto y yo mantenemos al par de caballos que llevan la última carroza tranquilos, tenemos que evitar las paradas que vuelan por doquier. Un papel bomba fue lo que se clavó justo delante de mí, verlo consumirse me llevo a medidas drásticas, tuve que tomarlo y saltar con él lanzandolo contra la mujer de cabellera plateada que parecía esperar mi ataque, estoy rodeada.

Si todo fuera de un color cerezo. Where stories live. Discover now