Capitulo 89

341 8 0
                                    

|| Narra Angie ||

No me puedo creer que me haya dejado aquí, sola. Suspiro y pateo una piedra que ha viajado hasta llegar a la carretera. Me duele muchísimo la rodilla y no sé por qué mierda estoy ahora llorando. Bueno, en realidad si lo sé. Todo se debe a esta maldita nota:

“Angie, no todo es lo que parece. Nicola te está engañando. No seas idiota. Date cuenta. Él viaja por las noches en moto, sólo. Viene conmigo. Te está engañando conmigo. Yo soy la dueña de todas sus caricias”.

Por eso me fui de casa a altas horas. No aguantaba más. Me dijeron que fuera a una especie de casa donde se suponía que estaba él. Pero no había nadie. Solamente me acompañaba la oscuridad. Aquello era horrible. Justo cuando estuve a punto de salir, me tropecé contra una rama y me caí al suelo. Por ello esta bendita herida en la rodilla que me está matando. Me siento en el borde de la calle, sobre un muro bajo apretando los ojos mientras me aprieto la pierna. Recojo el sabor de sus labios con mi lengua y me pongo a pensar. De nuevo. Entonces es cierto que sale todas las noches con su moto. No sé cómo me dejé besar. Soy una estúpida. Pero no aguantaba con las ganas. Es verlo y…todo se me cae encima. A veces desearía poder desaparecer con un simple chasquido. Joder. Pasamos de ser todo, a ser nada. Convertimos nuestra relación en un torbellino, intercalando caricias con puñaladas y algún que otro rasguño a fuerza de odiarnos. Cada silencio que pronunciamos nos alejó un poco más, y todas nuestras palabras quedaron en evidencia al dejar atrás nuestra historia. Dejamos pasar el tiempo, fuimos arrancando letras de nuestras mejores frases hasta vaciar nuestro repertorio, y finalmente nos quedamos sin nada. Sin malditamente nada. La magia es para siempre, ¿no? Nunca pensé que diría esto, pero por primera vez en mi vida tengo serias dudas. No es que haya dejado de creer en ella, es simplemente que parece haberse escondido. Esa nota me ha dejado totalmente confundida. No sé si es alguien que quiere herirme o es real. No sé qué pasa. Él me dice que no, que no hay otra. Pero luego…

- Hola, ¿qué haces aquí sola de noche?

Miro hacia arriba. Son dos chicos. El miedo se apodera de mí de una forma salvaje. Siento cada poro de mi cuerpo gritando auxilio. Uno de los tipos mira al otro y le sonríe. Y lo que creías que era una cuerda para sacarte de tu abismo personal se convierte en una soga que te aprieta cada día más. Y es justo entonces cuando te das cuenta de que todo irá mal. Intentas gritar, pero nadie te escucha. Ya no.

- Dejadme en paz.
- Qué guapa eres ¿no? – me dice uno atrapando un mechón de mi cabello al vuelo. Le golpeo la mano. Él eleva una ceja y sonríe.
- A parte de guapa, traviesa. Hmm…
- Pero, ¿qué dices?

El alto me levanta al vuelo del piso, haciendo que yo gruña audiblemente. Me ha agarrado de las muñecas demasiado fuerte y ahora sí que siento como se me desgarra hasta el alma. Ya no tan solo es la rodilla. Ahora también son las muñecas, los daños interiores y las reparaciones de mi corazón sin reparar. Estoy horrorizada. El tipo me mete la mano por detrás de la blusa y luego intenta besarme mientras el otro carcajea sin gracia. Intento propinarle un rodillazo entre las piernas, pero está demasiado cerca y no lo consigo. Esto es una mierda.

- ¡Que me dejes hijo de puta! - le digo sollozando intentando golpearle.
- Uh, si, sigue así, insúltame.
- Métele la lengua hasta el fondo tío. – escucho decir al otro.
- Le metería varias cosas hasta el fondo. Sólo que es bastante rebelde.

Me besa en el cuello en un intento fallido mientras sigo luchando por soltarme. Pero entonces ocurre algo muy raro. Me separan exageradamente rápido del tipo y lo veo en el suelo. Maldita sea, pero Nicola está encima.

- ¿Te estabas divirtiendo cabrón?

Da un paso hacia atrás y le asesta una patada en el estómago que lo deja sin respiración. El tipo alto sigue en el suelo. El otro, más corpulento pero algo más bajo se mantiene en la línea. Atrás. Nicola descarga sobre él un sinfín de patadas en la tripa. No sé qué hacer, me duele todo y me doy asco.

¡Desafío al Corazón!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora