Te giras hacia mí y me das un beso en la mejilla y de repente, escuchamos el estúpido sonido de la sirena.
-Yo no quiero irme. – me agarra fuerte de la mano y yo suelto una pequeña risa.
-Vamos anda, no quiero que nos vuelvan a regañar. – le digo sacudiéndome las piernas.
-Qué más da, que nos regañen.
Tira de mí haciendo que vuelva a caer al suelo. Lo miro y elevo una ceja. Él suspira resignado y me ayuda a levantar. Le doy un beso en la mejilla y corremos hasta el círculo. Todos están cubiertos de pintura y Ben nos mira con una sonrisa divertida. Aparecen Vasco y Milet, peleando. Ella con esa voz chillona realmente insoportable y él burlándose de ella. Milet está cubierta de pintura de pies a cabeza y él también. Suelto una leve risa y Nicola me mira apretando los dientes para no carcajear.
-¡Bien chicos! Ya veo que os lo tomasteis en serio. – Ben nos echó un vistazo a todos con su mirada mientras sonreía.
-Dejar las pistolas en su sitio y sentaros por aquí.
Todos dejamos nuestras camisas ‘blancas’ una encima de otra y nos sentamos alrededor del círculo observándolo atentamente. Él miró hacia Hudson, agitó el cabello y nos miró. Ben la verdad que era un hombre bastante atractivo, además era simpático y se le veía buena persona. Nunca supimos si tenía pareja o no, pero siempre vimos la complicidad que tenía con Hudson. Un pequeño ‘fiu fiu’ salió de la boca de algunos al ver como ella se había ruborizado. Reí levemente y miré hacia Nicola que observaba a Paula con algo de descaro. Luego la observé a ella y noté como también lo estaba mirando. Algo se tensó. Pensar que se estaban mirando mutuamente no me dio tanto miedo como la segunda luz que me vino a la cabeza al recordar que ellos dos habían estado juntos. Y más de una vez. Eso sí que era peligroso. Nicola giró su cabeza y me miró. Lo miré directamente a los ojos y luego quité mi mirada.
-¿Lo ves como eres una celosa gatita? – me dijo al oído.
Sentí su mano en mi muslo y cambié mi posición, luego sentí una pequeña risa por su parte. Luchando para no hacerle caso, presté atención a Ben. Decía que nos fuéramos a duchar quienes quisiéramos para luego reunirnos en el comedor para tomar nuestro almuerzo. Me levanté con la misma, sin dirigirle la palabra y me enganché de la mano de Jazmin. Dejándole a él con la palabra en la boca. Subimos a nuestras cabañas y se tiraron en sus camas. Yo escalé hasta llegar a la mía.
-Estoy muerta. – dijo Nat con las brazos abiertos sobre la cama. Yo carcajeé.
-¿Contra quién luchaste? – pregunté.
-Yaco.
-Uhhhhhh. – dijimos las tres a la vez. Natalie nos miró con cara de pocos amigos.- ¿Y qué tal?
-Bien. – dijo con cara de enamorada. Miré con una cara cómplice a Jaz.
-¿Qué pasó?
-Nada. - Nat sonrió y se sentó en la cama. – ¡Qué os pasa!
-Que te conocemos. Cuéntalo ya. – carcajeó Cachi.
-¿Tanto se me nota? – rió esta vez ella.
-Mucho. – dije esta vez yo. Ella curvó sus labios.
-Bueno…
-¡Natalie!
-Vale, vale. – carcajeó ella. – Estábamos jugando y en una de esas él me tenía acorralada contra un árbol, yo me puse muy nerviosa. Le disparé como tres veces y en una de ellas la pintura le rozó la cara. Me miró y se acercó a mí. Me dijo algo como ‘No te aguanto’ y yo le dije ‘Yo tampoco’ luego nos quedamos como enganchando de nuestras miradas y él dirigió lentamente su mirada a mis labios.
