Capitulo 63

396 11 0
                                    

Escondidas, bajaron corriendo por el otro lado sin que nadie las viera hasta llegar a su cabaña y encerrarse en ella. Jazmin, Natalie, Cachaza y Angie subían carcajeando. Pero a una de ellas, poco le duró la sonrisa. Abrió la cabaña y encontraron la ventana rota. Pero no tan solo era eso. También la cámara de ella. Se encontraba en el suelo, rota, inservible. Angie tragó saliva. Se acercó al suelo y cogió la cámara en sus manos. Justo al lado había un pequeño pendiente brillante. Lo cogió y se lo guardó en el bolsillo. Una pequeña lágrima se deslizó por su mejilla hasta perderse en su boca. Miró a las chicas que la observaban con el rostro en blanco. No sabían qué hacer. Ellas sabían que aquel objeto era muy preciado para ella, pues se lo habían regalado sus abuelos. En blanco. Se giró y miró a las chicas. Furia. Demasiada. Totalmente cabreada. Echando fuego. Sabía quien fue. Y lo iba a pagar. Lo iba a pagar muy caro. Apretó la mandíbula.

-Lo sé, cálmate. – dijo Nat señalándola. Angie apretó aún más la mandíbula.

-Angie, relájate. – dijo esta vez Jaz acariciándole el hombro.

La apartó rápidamente sin decir ni una palabra. Dejó ‘lo que quedaba’ sobre su cama. Y con la misma se marchó corriendo de la cabaña. De pequeña todo era fácil, todo nos lo hacían y todo se solucionaba en un ‘plis, plas’. Pero cuando ya eres adolescente cambian las cosas, los problemas abundan y casi nunca encuentras la solución.

Entró como diablo en la cabaña de Milet, Paula, Ruth y Judith, otra del ‘grupito’. Ellas se quedaron mirando a Angie, quien se tiró contra Milet como fiera. Tirando de su cabello y lastimándola.

-¡Eres una hija de puta! – le gritó Angie a Milet. Esta se defendió arañándole el cuello con las uñas.

-Habló la que se corta las venas para huir de la realidad. – le gritó ésta intentando defenderse.

Gritos, tirones de pelos y más gritos. Angie le gritaba mil cosas a ella y esta se defendía como podía. Las chicas intentaron separar a Angie pero no podían, Jazmín llamó a Nicola quien llegó rápido a la cabaña.

-¡Que pasa! – gritó Nicola separando a Angie. - ¡Para! – le gritó.

-¡Suéltame! – gritó ella pataleando mientras Paula agarraba a Milet. - ¡Nicola te estoy diciendo que me sueltes! – gritó más alto.

-¡Cállate! – le gritó él sacándola de la cabaña.

-¡Que me dejes! ¡Voy a matarla! – gritó pataleando mientras se le escapaban las lágrimas. - ¡Te juro que la voy a matar Nicola! – gritó más fuerte.

-Tú no vas a matar a nadie, estate quieta. – dijo mientras entraba en la cabaña de ella y con la pierna cerraba la puerta.

-¡¡Que me sueltes!! – le gritó. Nicola la soltó en la cama. Angie se levantó de golpe y Nicola se situó en la puerta.

-Déjame salir. – le dijo enfurecida.

-No.

-¡¡Nicola QUE ME DEJES SALIR!! – le gritó aún más fuerte.

-Cuando te tranquilices, hablamos.

-¡Agggggg! – gruñó. – Te odio. – apretó la mandíbula y lo miró. – Además, contigo también quería hablar. – le empujó levemente, él frunció el ceño. – Como te atreves a mirar a la otra idiota de esa forma delante de mí. – le gritó. Él sonrió.

-¿Qué hay de malo?

-¿¡Cómo que qué hay de malo!? – el carcajeó y la agarró del brazo ahora totalmente serio.

-¿Te vas a sentar y te vas a relajar vale?

-¡Qué no me voy a sentar en ninguna parte! ¡Que esa tía tocó ya el fin conmigo! ¡Y me las va a pagar! ¡¡Quítate!! – lo empujó.

¡Desafío al Corazón!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora