Capitulo 88

338 9 0
                                    

……………………………………………………………

Han pasado dos semanas. Ella viene a casa, está con los niños, me ignora y se vuelve a casa. Por las tardes queda con el tío ese y su pandilla de amigos y no sé más nada de ella hasta por la noche. Lo peor es que si realmente intenta ponerme celoso ahora, lo hace demasiado bien. Y ya todo esto me está comenzando a rayar la cabeza de una forma sobrenatural. Lanzo la gorra y se desliza por la mesa del escritorio hasta quedarse en la esquina. Sola. Como yo. 

¿Les puedo dar un consejo? Si tienes pareja, seguramente vosotros dos nunca seréis perfectos juntos. Pero si ella puede hacerte reír al menos una vez, no la dejes ir y dale lo mejor de ti. Probablemente ella no está pensando en ti a cada segundo del día, pero te dará una parte de ella que sabe que podrías romper, su corazón. No le hagas daño, no la cambies, y no esperes de ella más de lo que puede darte. Sonríe cuando te haga feliz, hazle saber cuándo te hace enfadar y extráñala cuando no esté. Como yo ahora mismo. Porque no existen las personas perfectas, pero siempre habrá una persona que es perfecta para ti. No les pasa que están con una persona que les interesa muchísimo, y a la vez otra persona la cual en algún momento les importó, ¿Está con otra? Es una sensación horrible, porque a la vez me importa mucho y por otro lado nada, pero siempre termino haciendo una escena de celos.

Descuelgo una de mis guitarras de la pared y comienzo a tocar. Una de mis canciones favoritas. “Cry me a river.” Hace bastante que no toco esta canción. Me atrevo a decir que no la toco desde los doce años. Me coloco la guitarra y de repente, el sonido de mi guitarra, el sonido acústico de las cuerdas, se comienza a crear ese sonido tan perfecto, que tanto amo. Todos en algún momento, necesitamos alejarnos del mundo. Ya sea metiéndonos en un libro, escuchando una canción, dibujando, o tirándonos en el pasto un rato a contar las nubes. A mí me pasa con la música.

“Ahora simplemente no hay ninguna oportunidad, para ti y para mí, nunca la habrá

Y, ¿No te hace sentir triste eso? Tú me dijiste que me amabas ¿Por qué me dejaste, completamente solo? Ahora me dices que me necesitas. Cuando me llamas, por teléfono.

Chica me niego, me debes de haber confundido con algún otro chico. Tus puentes fueron quemados, y ahora es tu turno. De llorar, llorarme un río. Ahora simplemente no hay ninguna oportunidad, para ti y para mí, nunca la habrá. Y, ¿No te hace sentir triste eso? Cry me a river.”

Tu recuerdo no muere, pero mata. Pasan los días, pasa la vida. Mañanas, amaneceres sin ningún sentido. Noches en las que intentar dormir se convierte en todo un reto. Todo es distinto, yo lo sé, y sé que ella también lo sabe. Intento no pensar que nuestras vidas cambiaron el día que cada uno comenzó a mirar en una dirección distinta. Lo siento por mí, porque es mi corazón el que no para de perder batallas. Son mis días los que transcurren a una velocidad de vértigo sin que nada aquí dentro cambie lo más mínimo.

- ¡Mamá!

- ¿Qué pasa Nicola? – me dice con el ceño fruncido. Me meto las llaves de la moto en el bolsillo.

- Me voy a dar una vuelta.

- ¿A dónde vas?

- No lo sé.

- ¿Qué te pasa?

- Nada.

- Estás muy raro. ¿Estás seguro que te encuentras bien? – “No mamá, no lo estoy” ella intenta saber que me pasa, atravesando su mirada en mis ojos que hoy están un tanto extraños.

- Estoy bien, sólo necesito tomar aire.

- Primo yo pued…- la corto a tiempo.

¡Desafío al Corazón!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora