-¡Hola! – dijeron al unísono.
-Hola. – sonreí. – Creo que esta es mi habitación. – volví a sonreír.
-Sí, claro, ven. – dijo una de las chicas. Era alta con el cabello lacio y castaño. – Esta es tu cama. – señaló.
-Muy bien. – asentí.
-Yo soy Jazmin. – dijo sonriendo.
-Yo soy Cachaza. – dijo la rubia.
-Y yo Natalie. Pero me puedes decir Nat. – sonrió la castaña.
-Yo soy Angie. Angie Arizaga. – dije con una pequeña risa.
-¿Qué tal tu primer día? - preguntó Jazmin mientras se tiraba en su cama.
-Bueno. – me elevé de hombros. – Bien, supongo. – miré hacia mi maleta y saqué parte de mi vestuario.
-Que poco convincente. – dijo la castaña.
-¿Ya conoces a alguien? – preguntó Cachaza.
-Sí. – reí. – A vosotras. Creo que sois las únicas personas que me han tratado bien hoy aquí.
-¿Por qué dices eso? – preguntó Jazmin.
-Por lo evidente. – dije señalándome.
-Tienes unos ojos muy bonitos Angie. – dijo Cachaza observándome.
-Gracias. – sonreí y me volví a la cama, sentándome mientras ellas estaban en la de Jazmin observándome.
-Es todo…. muy rosa. – reí. – Es bonita.
-Sí. – asintieron casi al unísono.
-¿Comparten neuronas? – fruncí el ceño y reí.
-Algo así. – carcajearon las tres.
-Arriba está el cuarto de baño. Subes esas escaleras y está. – dijo Cachaza.
-Está bien. – asentí.
-Llegaste un Viernes. – dijo Nat.
-Sí. ¿Es malo? – pregunté.
-No, solo que no tendremos más clases hasta el Lunes. – respondió.-
-Guay. – reí.
-Oye Jaz. – dijo Cachaza.
-¿Sí? – preguntó Jazmin.
-¿Qué paso con Nicola? – preguntó sonriendo.
-Nada. – sonrió.
-¿Ligaron? – preguntó casi boquiabierta.
-¡No! – dijo molesta. – Tu bien sabes que a mí no me gusta Nicola. – negó.
-Es cierto, te va Gino. – dijo haciéndole cosquillas.
-¡Hay Angie! – me observaron. Yo las miraba atónita.
-¿Sabes quién es Nicola no? – preguntó Ash.
-¿El idiota mimado? – pregunté.
-Nicola Porcella. – dijo Jazmin.
-Pues eso, el idiota mimado.
-Es el chico popular del instituto. Todas están locas por él. Todas le quieren. Dicen que nunca se ha enamorado, solo quiere a las chicas para divertirse, luego se olvida de ellas. Las deja y no quiere saber más nada.