Capitulo 37

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Dos rayos de sol atraviesan la habitación. Suben por los bordes de la cama, por el edredón, por su cabello, por sus brazos destapados. Tira del edredón y se tapa hasta la cabeza. De repente suena el móvil. Molesto e insistente. Angie se mueve desganada en la cama, alarga el brazo buscando el móvil sobre la mesita. Deja de sonar. Lo vuelve a dejar esta vez sobre la cama. Lentamente cierra los ojos y se vuelve a dormir. Se abandona en aquella especie de sueño, agradable. Donde aparece él. Otra vez ese insistente sonido. Gruñe. Estaba a punto de besarla de nuevo. Pulsa el botón verde.

-¿Quién? – pregunta desganada con los ojos cerrados.

-¡Angie! - grita Jazmín al otro lado de la línea. Ella sonríe levemente pero aparta el teléfono un segundo ante el fuerte grito.

-¿Qué te pasa? – carcajea. Comienza a abrir los ojos.

-¿Saliste con Nicola? ¿Te comió la boca? – gritó Cachaza arrebatándole el teléfono a Jaz. Se escucharon carcajadas detrás. Abrí mucho los ojos.

-¡Oye! – grité riendo. Me acomodé lentamente en la cama.

-¡Que me lo cuentes!

-No…- vacilé. – Bueno, un poco. – carcajeó.

-¿Te dejó a medias? – volvió a carcajear. – Vale, no. Cuéntamelo todo.

-¡Estúpida! – carcajeó ilusionada. – Sí, si nos besamos.

-¿Y cómo fue?

-¿Qué?

-¡Como fue el beso!

-¡CACHAZAA, no es el primero!

-¿¡QUÉ!? – gritaron a la vez.

-¡¿Tienes el manos libres?! ¡Quítalo! – gritó Angie riendo.

-¿Y entonces como nos enteramos nosotras? – gritaron Nat y Jaz a la vez. - ¡Pero cómo que no es el primero! ¡Por qué no nos contaste nada!

-No.... – carcajeé. – Lo siento. Ya os contaré. ¿Cuándo regresan?

-¡No cambies de tema! – chilló carcajeando. Volvemos a las nueve. –rió Cachaza.

-Si bueno, nos hemos besado unas cuantas veces. – mordió su labio inferior.

-¡¿Tú?! ¡¿Con Nicola?! ¡No entiendo nada!

-Yo tampoco. – dije sincera. – Tengo que cortar, voy a ducharme.

-Vale Angie, te queremos. – dijo Cachaza. Sonrió.

-Yo también las quiero mucho. Hasta después.

Se escuchó el sonido de la línea caer y dejó el teléfono encima de la mesita de noche. Se dejó caer hacia atrás y suspiró fuertemente abriendo las manos, dejando el cuerpo relajado, sonriendo. Después de unos segundos subió al cuarto de baño y tras esa ducha de casi media hora, comenzó a cepillarse los dientes. Le gustaba cepillarse los dientes cuando se despertaba, aún así luego tomara el desayuno, volvía a hacerlo al rato. Se colocó un vestido, era negro, totalmente moldeado, pegado a su cuerpo. Parecido al que se había puesto en la sesión de fotos. Quitó la toalla de su cabello, y lo peinó. En lo que esperaba que este se secara, bajó la escalera veloz y sacó de la cajita los tacones que se había comprado el día anterior con Nicola. Se los colocó y se miró al espejo. Después de unas vueltitas volvió al cuarto de baño. Enchufó la plancha y dio calor a su cabello, consiguiendo un total alisado. Dejó la plancha reposar en el suelo mientras cogía la cajita de maquillaje. La dejó sobre el lavamanos y esparció una crema hidratante sobre su rostro para luego ponerse una base de maquillaje bastante suave. Al terminar esto, lineó sus ojos con un gel eyerliner negro, consiguiendo un toque estupendo resaltando su color de ojos marrones. Sacó el rimel y peinó sus pestañas. Y así terminó. Luego coloreó un poco sus pómulos con un polvito dorado muy claro. Cogió una barra labial, de color roja y se los pintó, aumentando el volumen de sus labios. Terminó. Lo guardó todo y recogió aquel desastre inmenso. Bajó las escaleras y casi se tuerce el tobillo con las prisas.

¡Desafío al Corazón!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora