Capitulo 35

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-Ven, por aquí- susurró Nicola dirigiendo a Angie en la dirección correcta. Había bastante gente en el centro comercial. Justo al entrar, Nicola se había encontrado con unos amigos que se habían quedado observando a Angie como a una diosa. ¡Si y qué! ¡Pero era su diosa! ¡Nadie tenía por qué mirarla así! Angie les sonrió y se presentó, luego se giró y dejó a Nicola con los chicos conversar a solas. Entró en una tienda de vestidos y comenzó a mirarlos, jugando con el tacto de las telas entre sus manos mientras los tocaba al pasar. Nicola no tardó mucho en llegar hasta donde ella estaba.

- Me gusta este. – dijo Nicola señalando uno de color negro. Era corto, por encima de las rodillas obviamente. Era totalmente lizo pero ajustado y tenía un escote señalado, pero no de rubia plástica. Ella lo miró y elevó una ceja, luego carcajeó y siguió caminando. Después de ver todos los vestidos salieron de la tienda. Angie no quiso comprarse ninguno. Total, para que iba a querer un vestido estando en una universidad. Nicola quería entrar en una tienda de deportes. Entraron y se dirigieron a la zona de las zapatillas deportivas. Angie quedó alucinada. Él cogió en sus manos unas supra de color roja con la suela azul. Ella cogió en sus manos unas negras con la suela de color turquesa. Se acercó a él.

- Me gustan estas. – dijo ella enseñándole las supra.

Se miraron y rieron. Había dicho lo mismo que le había dicho él hacia unos minutos. Nicola las miró y volvió la mirada a Angie.

- A mí también.

- Pruébatelas, a mi me encantan.

Justin se sentó y se las colocó. Dio unos pasos y caminó un poco por la tienda mientras Angie lo miraba.

- Sí, me voy a llevar estas. – dijo él.

Se dirigieron a caja y Nicola pagó. Salieron de allí y entraron en otra tienda, esta vez de chica. Se adentraron en miles de prendas. Nicola cogió un montón de ropa para Angie mientras ella estaba en el probador con unas camisas.

- Linda, mira lo que te traje. – dijo él.

Ella frunció el ceño mirándose en el espejo. Asomó la cabeza, tapándose con la tela del probador y él la miró curioso. Angie miró la montaña de ropa que le había traído y elevó una ceja.

- Ni pienses que me voy a probar todo eso.

- Si, lo harás. Venga, toma. – le tiró una falda.

Angie soltó la cortina para cogerla por puro impulso. Y maldita sea la hora. No se acordaba que sólo tenía el brasier. Nicola tragó saliva observándola y ella rápidamente volvió dentro, cerrando la cortina. Se apoyó en la madera que creaba la pared del probador y suspiró. Qué vergüenza acababa de pasar. Se quitó los vaqueros y se puso la falda y luego la blusa que él le había dado. Le gustaba, Nicola era bueno con los gustos. Le hacia el cuerpo bonito.

- ¿Te lo pusiste? – preguntó una voz masculina.

- Sí. – dijo ella desde adentro.

- Déjame verte.

- Olvídate. No voy a hacer de modelito. – dijo ella.

- Ya lo hiciste una vez.

- No voy a desfilar para ti.

- Es una idea bastante llamativa. – dijo él irónico. Ella sonrió entre dientes.

Abrió la cortina y salió. Nicola recorrió desde sus pies hasta su cabeza con su mirada y luego se detuvo en sus labios.

- ¿Qué tal? –dijo Angie sonriendo. Al ver que no respondía, volvió a preguntar. - ¿Tan mal me queda o qué? – Los labios carnosos de ella, ligeramente rosados se mueven al pronunciar aquello y regresa con preocupación volviéndose al probador, observándose en el espejo. Volvió la vista hacia él. - ¿Nicola? – Después de varios segundos, pestañea y eleva la vista hasta sus hermosos ojos.

¡Desafío al Corazón!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora