Londres, Inglaterra
En algún lugar escondido...
Lucha por abrir sus ojos, no tiene las fuerzas necesarias para hacerlo, aquellos calmantes sí que son potentes, piensa mientras sigue batallando por mantenerse despierta.
Sabe lo que tiene que hacer, ha estado en esta situación antes y pudo sobrevivir luchando ella sola, sólo tiene que despertar para poder hacer algo... Pero parece tan difícil, no hay rastro de luz en aquella diminuta habitación y mucho menos siquiera una ventana. Lo que le hace pensar que se encuentra en un sótano o algún refugio subterráneo.
Tiene atadas las manos y piernas tan fuerte que teme perder la movilidad. Pero hasta ahora no ve al responsable de todo. Ha oído su voz algunas veces, pero no ha venido a verla personalmente, lo cual es extraño habiendo pasado casi tres semanas desde que está aquí.
"Quieren desesperarme" concluye. "Quieren que me vuelva loca para comenzar a soltar información, a Jenna no la pueden tocar porque es la dueña de todo esto, además de que para llegar a ella tendrían que primero acabar con Harry, lo que es tarea difícil, por no decir imposible".
Se relaja al sentir pasos suaves pero seguros acercarse a la puerta, y al abrirse la puerta los recuerdos fluyen en ella como sangre en sus venas, había desbloqueado un trauma ... La había llamado lindura cuando la capturó, al igual que lo hacía aquel patán enmascarado que quiso destruirle la vida cuando era apenas una chiquilla, la misma con la que había salido por un tiempo.
Creía haber conocido antes de Dylan, le resultaba muy familiar todo en él, pero lo atribuía a alguna fiesta o un hogar temporal.
Ahora sabía el por qué.
Dylan había sido uno de los hombres que la secuestró, el que la tuvo a cargo, el que la violó cuando tenía dieciséis años.
- Buenas tardes bella durmiente- sonríe cínicamente el muchacho- ¿cómo amaneció la más hermosa de las mellizas Steinfeld? Ya veo... no me quieres hablar.
- Fuiste tú, todo este tiempo, tú...
- Te traje el desayuno/ almuerzo, necesitas comer, después hablaremos de nosotros.
- No comeré nada!- grita la muchacha haciendo reír al castaño.
- ¿Sabes Hailee? Me agrada que seas ruda, eres tan diferente a tu hermana, Jenna y tú son un imán de peligro y mala suerte andante, pero ella espera a que Harry le solucione todo, en cambio tú te las arreglas como puedes. Admiro eso.
- Vete al infierno Dylan, me tienes porque sabes que soy el blanco fácil.
- Que feo que pienses así de ti Hailz -el chico finge una voz apenada- A decir verdad esperaba encontrar sólo a tu hermano ¿sabías que se estuvo mensajeando con Aaron? Iban a verse esa noche y pues quise aprovechar para saludar, no sabía que estarías también tú... Tuve que cambiar los planes, podría decirse que le salvaste la vida a tu adorado Derek.
- ¿Por qué? Él ha sido tu amigo siempre.
- Sí, pero prefiere a Styles para todo, apenas empezó a conocerlo y lo hizo su mano derecha ¿y yo? Me dejaron a un lado. Cuando tu hermanita terminó con él empecé a admirala ¿sabes? Lo hizo mierda, y ver a Harry hecho un mariquita solo porque una niña lo dejó fue muy placentero. Intenté acercarme a ella, ya sabes, seducirla tal vez, y quedarme con todo, además de hacer que Harry se termine matando de una vez por todas, pero no funcionó, fue mala idea haber salido con su amiga antes. Y dado que ahora ya deben de saber que ese niño puede ser mio, perdí mi oportunidad con ella. De igual manera tú me gustas más- le guiña un ojo y manda un beso volado a la muchacha.
