EPISODIO 103: EL DRAGÓN CRECIENTE

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POKÉMON - LOS PRIMEROS PASOS DE UN MAESTRO

EPISODIO 103: EL DRAGÓN CRECIENTE

—Más te vale llegar a Mt. Battle tú también, tonto —le dice Paul a Ash, mientras se observa que el grupo de Bruno ya está a punto de partir del Under.

—Descuida, Paul —le garantiza su amigo y rival—.  Esa competición no se quedará sin Ash Ketchum, ya lo verás.

—Pues más te vale, porque aun estoy molesto contigo por no haber usado contra mí a ese Greninja tan formidable —le refiere Paul.

—Nada más ver cómo ayudó a darle forma artística al agujero que quedó en el techo de roca tras la invasión del Equipo Rocket dejó perplejos a todos —relata Cilan.

—Y le dio batalla en gran forma a los Pokémon de esos payasos del Equipo Rocket —les cuenta Paul—.  Además el poder que mostraba al estar Mega Evolucionado hasta se podía sentir en las células.  Jamás he presenciado algo similar.

—Nada raro si se trata de un Pokémon que une 2 poderes tan grandes que lo vuelven más fuerte —expresa Brock.

—Si hasta el mismo Steven nos cuenta que mandó a volar a su Metagross de un solo ataque, algo que no cualquier Pokémon es capaz de lograr —menciona Bruno.

—No fue el único coloso que hizo volar, amigo —afirma Alakazam aun resintiendo el recuerdo de semejante ataque que la "rana mutante" le lanzó durante esa batalla de Ash contra Steven—.  Hasta me hizo atravesar las piedras.

—Lo bueno es que no te pasó nada grave ni te diste en el coco —bromea Will—, eso último sí me hubiera preocupado.  Si sano mentalmente me sacas de quicio, no me imagino de otra forma cómo sería convivir contigo.

—No te respondo como debería puesto que sé que te estás vengando de mí, pillo —lo mira maliciosamente su Pokémon.

—Lo bueno es que por ahora se puede decir que hay paz en este lugar —expresa Lucy—.  Y la gente de los distritos tiene más claro lo que se debe hacer ante un eventual nuevo ataque.

—Y al menos ese boquete le permite a la gente tener una idea más clara de lo que es el cielo abierto —señala N—.  Cielos, a veces me cuesta creer que hay muchos quienes viven aquí que no conocen la vida plena al aire libre.  No podría vivir encerrado en un lugar así, menos después de haber conocido gracias a mis niñeras de la infancia Anthea y Concordia lo que es la libertad tras años de encierro en el palacio en el que viví mi infancia.

—Oye, N, hablando de eso —le consulta Ash—, ¿qué fue de ellas?  Cuando nos separamos allá en Unova hace 4 años recuerdo que partiste con ellas de viaje.

—Pues ellas decidieron ir por todo el mundo esparciendo mensaje de buena voluntad hacia los Pokémon entre la gente, mientras yo tomé la decisión de volverme Ranger en Unova, amigo —le relata el joven rubio.

—Y después de eso conociste a Hilda —intuye Serena.

—Por eso es que siempre digo que fue la mejor idea quedarme en Unova, Serena —expresa sonriente N abrazando a Hilda.

—Sí, pero creo que en ocasiones llevas tu vocación a ciertos límites que me llegan a preocupar, niño melenudo —le jala con cariño la larga cabellera su novia.

—¡Aw!  Pero bien que suspiras cuando me has visto haciendo esas cosas, ¿o no? —la vuelve a ver con perspicacia su novio, e Hilda sonrojada, no puede más que asentir.

—Pero bueno, nos estamos retrasando en partir, chicos —sugiere Bruno—.  Will, muchachos, les deseamos lo mejor en su viaje cuando partan del Under.  Y ya sabes, amigo —vuelve a ver al ex-Elite—, sé paciente, que todo va a aclararse pronto en tu caso.

Pokémon - Los Primeros Pasos de un MaestroWhere stories live. Discover now