Quitarse la venda de los ojos es algunas veces más doloroso que otras. Como ahora.
La relación se les fue de las manos y cayeron en lo que ahora es tan popular, las relaciones tóxicas.
No se dieron cuenta ni siquiera en qué momento la relación comenzó a enfermar, a volverse patológica. Reaccionaron muy tarde, el daño ya estaba hecho.
No hay noche en la que Jenna no llore recordándolo, o en la que Harry se emborrache en su nombre.
Cada uno lleva el dolor de diferente manera, pero ambos están destrozados.
Decidieron ir cada uno por su lado, pero olvidaron un pequeño gran detalle: el mundo es redondo, por lo que, por más direcciones que tomen, en algún punto, se encontrarán.
Y cuando suceda... Tendrán que decidir si el amor es más fuerte que el pasado.
