Capitulo 100

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Luke: - Así que se van a mudar… - le dijo Luke.

Christian asintió. Tomó de su RedBull. Hace mucho que no salía a divertirse con su mejor amigo. Habían pasado muchísimas cosas que le habían permitido separarse de cierta forma.

Luke: - Bueno, te felicito. – chocaron ambas palmas. A Christian se le escapó una sonrisa. Tal vez era porque en todo ese tema Anastasia tenía mucho que ver.

Christian: - Igual no te vas a deshacer de mí. – le despeinó el cabello, Luke se hizo para atrás, acomodándose el cabello mientras reía.

Luke: - Ya sé, ya sé… joder, ¿creíste que sí? – encogió los hombros.
Luke: – jamás pensé que diría esto pero…

Christian: - ¿Pero qué? Ya, dilo, no seas cabrón.

Luke: - Te voy a extrañar. – admitió. Christian soltó una carcajada, divertido. Le dio un buen golpe en el brazo derecho, haciendo que Luke se sintiera más cómodo con todo esto.
Luke: – va enserio, Christian.

Christian: - Solo me mudaré con ella, nada más.

Luke: - Lo sé, lo sé… Kate y yo estamos pensando lo mismo. Esto se me hace tan raro. Tú y yo…nunca fuimos así.

Y Christian se quedó callado. Cuanta razón tenía su mejor amigo en ese instante. Él nunca había sido así. Siempre había preferido lo grosero a lo romántico. Siempre se había preocupado por él y no por los demás. ¿Y ahora? Ahora era completamente diferente. Sentía que parte de él, de su vida, de su cuerpo, de su propia alma, le pertenecía a una sola persona en la faz de la tierra. Una diminuta persona que amaba y que con el simple hecho de ser diferente a él… le había enamorado hasta el sentimiento más único y escondido de todo su ser.

Christian: - Dímelo a mí. – murmuró Christian. Mojándose los labios con el sabor del RedBull.
Christian: – ella… ella me ha cambiado tanto.

Definitivamente era cierto. Un recuerdo se le vino a la mente en ese momento. Un recuerdo tonto. No sabía por qué. Pero había recordado el instante el que había visto a Anastasia por primera vez. Aquella noche en Las Vegas. Hace varios minutos había secuestrado con facilidad al resto de sus amigas. Solo quedaba ella. La había dejado para el final. Hasta ese momento no entendía porque había hecho ese tipo de elección. ¿Porque la había dejado al final a excepción de todas sus amigas? ¿Qué coño era lo que la hacía tan especial? Y vale, sí, lo hizo. La secuestro en el último momento. Y no la dejó ir. Esa misma noche deseó con toda el alma ser él quién se quedara con ella.
Y más recuerdos se le vinieron a la mente. Recuerdos que le hicieron sonreír de un momento a otro sin conversación alguna de por medio. Solo pensaba y recordaba… Paris, ella lo odiaba… lo odiaba muchísimo, se lo decía casi siempre cada vez que lo veía. La primera vez que la vio en ropa interior. Vaya. Que pasada. Se había quedado con las ganas esa noche, pero pronto cobraría por ello. La primera vez que hicieron el amor. Los susurros por la noche. Y ella, que todo lo preguntaba. Y ella, que no dejaba de parecerle dulce, preciosa, perfecta. Y él, que había hecho muchas cosas malas y que no quería involucrarla. Y la gran pregunta… “¿te habrás enamorado de ella? No, por supuesto que no…” pero ¿Qué era el amor en ese entonces para Christian Grey? No lo conocía, y no lo haría hasta esa última noche en Paris cuando ella admitió que quería irse con él… cuando le dijo que la llevara lejos. Y la besó. Y volvieron a hacer el amor. Y sintió lo que jamás había sentido por alguien. Ese cosquilleó en el estómago se convirtió en algo real. Y la amaba, pero su orgullo no le permitía admitirlo. Sin embargo, nunca fue mayor que el amor que sentía por ella. Y no dejaría que nadie la separara de ella. No, no, no…nada. Si había logrado que dejara de odiarlo, y empezara sentir algo más por él, era porque tenía una ligera esperanza con ella. Tal vez también sentía lo mismo por él. ¿Cómo era posible? Joder. Esto no se lo creería nadie. Después de diez secuestros planeados y exitosos a otras mujeres, este había sido el único que había fallado por completo. Sus planes se vinieron abajo. No secuestraría más. Esa misma noche se había enamorado de su secuestrada.

Christian: - ¿Crees que acepte casarse conmigo? – pregunto Christian. Luke le dedicó una sonrisa, mientras bebía de su Heineken.

Secuestrada Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt