Capitulo 35

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Derek: - ¡Tío! – lo saludó Derek. Christian lo abrazó de igual manera, sosteniendo las maletas con el otro brazo, la suya y la de Anastasia
Derek: – yo te hacía muerto…

Christian: - Ya vez que no. – le negó Christian con una gran sonrisa en los labios. Volver a Kingston era volver a su casa, a su hogar, a sus amigos. Viejas anécdotas se le venían en la cabeza, buenas… y otras malas. Se adentró a su casa.

Elliot: - ¡Christian! – saludó Elliot, un saludo en especial que ellos dos manejaban con las manos.
Elliot: - ¡joder hasta que apareces! – traía el torso descubierto y dos grandes tatuajes yacían ahí.

Christian: - No es para tanto, hace tiempo que no venía a Kingston y quise pasar por aquí.

Derek: - Vaya… - murmuró Derek, observando por la ventana.

Christian: - ¿Qué? – preguntó Christian.

Derek: - Así que… Bradley tenía razón… - le dijo Derek. Sin perderse nada de lo que estaba mirando.
Derek: – estás con ella. – Elliot le siguió la mirada, de inmediato soltó un silbido. Anastasia estaba buenísima.

Christian: - Joder… - se quejó Christian, dejó las maletas en el suelo.

Anastasia aún estaba en el auto, acomodando algunas cosas que se habían desarreglado durante el viaje en su mochila de mano.

Christian: - ¿Cuál es tu problema con eso?

Elliot: - No puede estar aquí… - intervino Elliot.

Christian: - Esta es mi ciudad, mi casa, nada va a pasarle mientras yo este con ella.

Elliot: - Dices eso con tanta facilidad ¿eh? Seguro te ha hecho perder la cabeza… - Elliot tomó de su lata de RedBull ya empezada.
Elliot: – no te culpo… está buena…

Christian endureció la mandíbula. Trató de olvidar el comentario.

Derek: - ¿Sabes cual es problema? Que hemos matado a sus amigas…ese es el problema. –.

Christian miró por la ventana, ¿Anastasia los recordaría? Por supuesto que sí pedazo de imbécil, no debiste traerla aquí.

Derek: – el problema es que va a delatarnos cuando lo recuerde.

Christian: - Ella sería incapaz.

Derek: - Ni siquiera la conoces…

Christian: - ¡Tú no la conoces! – les gritó. Elliot y Derek se quedaron en silencio al ver a Anastasia entrar por la puerta principal.

Christian endureció los pómulos. Bajó la guardia. Trató de dedicarle la mejor mirada posible, aunque en el fondo estuviera más cabreado que nunca.

Ana: - ¿Todo está bien? – le preguntó entre susurros, solo para sus oídos.

Christian: - Sí… - le dijo él, casi sin voz. Observó a Derek y Elliot , tratando de hablarles con la mirada. No quería peleas con Anastasia ahí. No con ella.
Christian: – él es Derek y él es Elliot… - les presentó.

Ana: - Anastasia… - saludó ella, estirando las manos hacia los dos. Un pequeño destello se abrió en su mente. Un recuerdo. Ella atada de manos. Llorando. Cerró los ojos con fuerza para volverlos a abrir.

Son ellos… sí, sí… se volteó a mirar a Christian, con una mirada llena de pánico, miedo… todo a la vez. Él podía entender su mirada por completo, sabía lo que quería decirle…

Elliot: -Tranquila guapa… -
Elliot: – nadie va a hacerte nada…

Ella retrocedió unos pasos, chocando con el torso de Christian. Sintiéndose aliviada por sentirlo cerca y saber que todo andaría bien mientras él estuviera. Christian le acarició la cintura, abrazándosela.

Derek: - Lo pasado es pasado ¿vale? – le dijo Derek.
Derek: – nadie tiene por qué recordar eso…

Y Anastasia no quiso decir más. Todo esto le dolía muchísimo. El secuestro. Sus amigas. Sus muertes. El simple hecho de saber que estaba junto a los asesinos de ellas. Que los conocía. Que acababa de darles la mano. No sabía como reaccionar. Ella había pedido todo eso, ir para haya…conocer a los amigos de Christian, su ciudad…saber más de él. Se pondría a llorar. Era débil ante el pasado. Pues aún le dolía, aunque trataba de ocultarlo.

Christian: - ¿Dónde está Jeremy? – preguntó Christian. Se acercó a coger sus maletas tendidas en el suelo.

Elliot: - Nadie lo sabe – contestó Elliot.

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