Capitulo 13

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Christian se acercó a pequeños pasos, el ahora frágil cuerpo de Anastasia quedó encerrado entre él y la pared. Encerrado y acogido por sus brazos. Christian le levantó la cabeza, haciendo que lo mirara a él y solo a él. Que pensara en él. Que lo escuchara a él. Que sea él, por una vez…lo único que le importara.

Anastasia asintió. Si hablaba se pondría a llorar.

Christian: - Así me gusta – Christian le sonrió. Anastasia bajó la cabeza, tratando de sonreír también.
Christian: – joder…te he dicho que no me gusta verte llorar.

Esta vez ella sí rió. Bajó las manos de su nuca, para limpiarse las lágrimas de las mejillas.

Christian: - Es tarde…

Anastasia: - Sí, ya me iba a dormir…

Christian: - Vale, hasta mañana entonces. – le dijo Christian. Anastasia deseó que el momento no acabara ahí. Tenía unas inmensas ganas por besarlo. Sí. Muchísimas. Incontenibles. Deseaba agradecerle tanto por estar haciendo esto por ella. Tumbarlo en ese diván y comerle la boca de distintas maneras. Probar su lengua una vez más. Acariciar su torso, sus brazos, desnudos y para ella. Sus bíceps hechos a la medida. Provocarlo. Excitarlo tanto. Lo necesitaba. Necesitaba escuchar que le pedía un minuto de placer junto a ella. Necesitaba en el fondo… que le dijera que le importaba muchísimo. Que nunca había hecho eso con otra mujer. Que ella no era una simple mujer. Que ella era suya. Suya…

Ana: - Hasta mañana. – se despidió. Caminó hasta su habitación. Christian… susurró en su cabeza. Dios mío. Christian. Mío… mío… sí… su mente estaba ocupada por él. Sus sentidos. Su cuerpo entero quería ser tocado por sus manos. Aquellas que la llenaban completamente. Aquellas que la habían tocada toda. Sin limitación. Quiero ser tuya…hazme tuya… ¿Cómo? De todas las formas. Cerró la puerta de la habitación.
No dormiría esa noche, pues tenía un plan en mente…un plan que seguro funcionaría, que haría que Christian la hiciera suya de una vez por todas. Lo deseaba. Más que a nada. Y sentía que ese sentimiento se hacía más fuerte…más y más…

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