Secuestrada

Capitulo 87

Y mientras ella continuaba con esa ardua faena, Christian aprovechó para bajarle la falda, aunque esta de por si ya era cortísima. Cogió las manos de Anastasia e hizo que dejara de hacerle esa excelente paja. Apretó su cuerpo contra el suyo.

Christian: - Ven. – le indicó para que se montara sobre sus piernas. Ella se relamió los labios, se dejó hacer por Christian, que él la agarrara y la subiera sobre sus piernas y a la misma vez al escritorio. Su feminidad chocó con el enorme miembro de Christian. Un ligero movimiento de caderas y él se encontraba follándola de nuevo.
Christian: – oh…sí, eso es…muévete nena…

La cogió fuerte de las caderas. Un vaivén de placer tan jodidamente único. Ella se balanceaba sobre su cuerpo. Meciéndose sobre él. Con fuerza. Dentro. Hasta el último centímetro de toda la longitud del miembro de Christian. Dentro, muy dentro. Rápido. Con la rapidez que le aseguraba el mejor sexo de la vida.

Ana: -¡Oh sí, Christian! – gritó ella. Esta vez desesperada. Parecía como si aquello no tu viera fin, como si quisiera más y más. Y hacía lo hacía. Buscaba más y más. Haciendo que la polla de Christian se metiera cada vez más en sus entrañas. Buscando que la hiciera correr tanto como quería. Se movió más rápido. Christian alzó las caderas contribuyendo también. Debía cumplir su promesa… él ya se había corrido con tan solo sentir las manos de Anastasia en su poderosa masculinidad, solo faltaba ella…pero olfateaba a lo lejos que ese orgasmo estaba por venir. Movió el pene dentro de Anastasia, ahora en círculos.

Ana: - ¡SÍ! – gritó ella, completamente extasiada.
Ana: - ¡más, más…! – y eso le daría. Pensó que si seguía moviéndose de esa forma se correría más rápido. Aunque le dolía… joder… Anastasia siempre lo dejaba molido. Pero si era por ella…todo era posible. Se movió más. Haciendo fuerzas y llenándose de placer puro. Un apretón más. Anastasia lo estaba consumiendo.

Christian: - ¡Grita! – le ordenó él. Y no fue necesario que se lo dijera. Anastasia había empezado a gritar desde hace varios minutos.
Christian: – grita y dime que…que me amas…

Ana: - Te amo…¡te amo! – gritó Anastasia, dándole más ganas a Christian, llenándolo de fuerzas. Metió su colosal miembro de nuevo, sintiendo el cálido líquido de Anastasia cubrirle el pene. Habían llegado más alto de lo que habían planeado. Más que un simple orgasmo. Más… y mucho más…eran ellos dos.