Capitulo 1

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Anastasia apretó el celular entre sus manos. Agitada. Pero no lo daba a notar. Soltó un suspiro. Sus cuatro mejores amigas habían desaparecido en lo que iba la noche y si el instinto no le fallaba...ella podría ser la siguiente en desaparecer.

Ana:- ¿Quién eres? - preguntó al teléfono. Nadie le respondió.
Ana:- ****, me has estado llamando toda la pu** noche! - gritó desesperada. Tenía dieciséis llamadas de ese número y ni siquiera sabía de quien se trataba
Ana: - tú...tú las has secuestrado...- farfulló Ana , refiriéndose a sus amigas.

Christian:- Se donde estás ahora - le respondió. Tan relajado.
Christian:- te estoy viendo. -

Ana solo logró ponerse más nerviosa al oír esas palabras. Miró a ambos lados de la habitación, estando completamente sola

Christian- así que...escucha, necesito que salgas de la habitación en donde estás.

Ana:- No lo haré. - respondió. Nerviosa.

Christian:-Nena, tienes dos minutos para salir de tu preciosa habitación ¿vale? O si no me tocará a mí tener que sacarte de ahí... si es que no nos quedamos un rato a probar la cama...-

Ana:- ¿Vas a matarme? - susurró Ana. Apunto de derramar las primeras lágrimas de la noche.

Christian:- Sal de la habitación. - le dijo serio. Sin escrúpulos, como siempre.
Christian:- o esta vez te juro que mato a una de las pu*as que me he traído. - el rió por el teléfono.
Christian:- no, no...quiero decir: tus amigas.

Ana salió fugaz de su habitación. Casi corriendo, jadeante y con el pánico en la garganta.

Christian:- Eso es...- susurró Christian, por el teléfono.
Christian:- ahora ve a la cocina.

Y entonces, una ligera idea se instaló en la mente de Ana. Colgó el teléfono y corrió con todas sus fuerzas hasta la puerta principal de la enorme mansión de sus padres en Las Vegas, pero cuando intentó abrir la puerta...ya era demasiado tarde.

Christian:- Ah, ah. - negó Christian.
Christian:- te dije que vayas a la cocina. -
Ana sintió las manos de aquel hombre apretarle la cintura, sintiendo el contacto de su piel con la suya, tibia, temblorosa, suave, un desliz jodidamente provocador y sensual, pero que a la misma vez la sumía con salvajismo entre los brazos de él. Christian le tapó los labios a la misma vez que obstaculizaba su respiración. Y antes de que ella pudiera caer desmayada, Christian susurró algo en su oído.

Christian:- resultaste más guapa que las demás, eso... -

Delicadamente se hundió entre el cabello de Ana, entre su seductor olor, la estaba dejando sin conciencia, y poco a poco se sentía dueño de ese cuerpo que ella manejaba.

Sigo?

Secuestrada Where stories live. Discover now