Capitulo 64

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Lo besó. Los labios. Las mejillas. La nariz. Y él se dejó besar. Como un bebé. Como un niño que acababan de perdonar, o al menos eso creía. Pero ella no dijo palabra. Nada. Solo siguió besándolo hasta llegar a levantarle la camiseta y tocar su remarcado abdomen. Una erección se formó entre los pantalones de Christian. Él la cogió de la cintura. La acarició. Abrazándola
de ella y cargándola ligeramente. Sentía una ligera calentura que se paseaba por su cuerpo al sentir las manos de Anastasia sobre su piel, acariciándola, tocándolo como solía hacerlo… la besó de nuevo. Y cargándola llegó hasta el filo de la cama, cerrando la puerta de la habitación con sus pies.
La acostó. Ella lo miró. Observó su erección. Grande…tan colosal como siempre, no le sorprendía… pensar que la había tenido entre los labios… sus braguitas también estaban mojadas. Christian podía percibirlo. La conocía tan bien. De pies a cabeza. Cada centímetro de su cuerpo. Cada olor de su anatomía.

Christian: - Te amo… - le repitió. Desnudándola con facilidad. Ella se dejó hacer. Cerrando los ojos débilmente mientras Christian la tocaba toda. De pies a cabeza. Dejándola sin ropa para él. Para que pudiera penetrarla como quería. Ella hizo lo mismo. Disfrutando de cada segundo de aquel magnífico cuerpo
Christian: - ¿estás bien? – preguntó Christian, ya teniéndola desnuda bajo su cuerpo también desnudo.

Ana: - Sí… - susurró ella por fin. Y no habló más. No habló más por que se pondría a llorar. Christian se introdujo en su boca de nuevo, esta vez invadiéndola con su húmeda lengua. Anastasia se estremeció. Sintió el glande de Christian rozar su entrada. Apretó los labios. Christian la paseó de arriba hacia abajo, produciéndole ganas de más, haciéndola extasiarse al punto de coger sus nalgas y apretarlas para que pudiera penetrarla de una vez por todas.

Christian: - ¿Quieres hacer esto? – le preguntó de nuevo. Y es que la conocía tanto que podía percibir que algo le sucedía. Que algo no andaba del todo correcto.

Ana:- Sí. - Anastasia le apretó el rostro con las manos, le besó la boca tan desesperadamente que hasta el mismo Christian se sorprendió.
Ana: – hazlo… lo necesito…

Christian sintió que parte de las cosas volvían a ser como antes.

Christian: - También lo necesito… - admitió él. Fijando sus labios sobre el cuello de Anastasia, los presionó, ella soltó un ligero gemido.
Christian: – te necesito a ti junto a mí siempre…toda la vida… - entrelazó una mano con la de ella. Anastasia le abrazó la espalda con la otra mano, presionándolo, haciendo que sus senos se apretaran sobre su torso…Christian gimió involuntariamente. Anastasia conocía cada cosa que lo hacía enloquecer. Era perfecta.
Christian: – perdóname por no ser la persona indicada para ti y… – susurró ahora. Anastasia solo reflejó sus ojos sobre los de él.
Christian: – por ser la persona que más te ame en el mundo…

Christian le apretó las caderas con las manos. Las bajó llegando a los muslos de sus piernas, las cogió y las abrió ligeramente. La observó. Diosa. Preciosa y de él… de pronto, su grandísimo miembro se hundió entre su feminidad haciéndola gemir repentinamente.

Anastasia contrajo las caderas. Cerró los ojos con fuerza. Y aunque todo parecía normal… algo no andaba bien.

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