Secuestrada

Capitulo 4

Anastasia se levantó. Tenía el cuerpo ligeramente cubierto por una fina capa de sudor. Sumándole todo el dolor que sentía en ella por a ver dormido sobre esas sábanas que Christian había preparado para dormir. Se había hecho de noche en menos de lo que había imaginado. Fue hasta el baño donde, recordaba, había dejado su ropa secando después de a verla lavado como pudo. Se la puso y cuando pudo salir del pequeño baño…sus oídos escucharon lo que jamás nunca le hubiera gustado percibir.

- ¡Sí! – gritó una voz femenina desde afuera. Anastasia agudizó el oído. - ¡Oh sí! Sigue…sigue… - gritaron de nuevo. La piel de Anastasia se erizó por completo, optando por un color diferente. Ruborizada, intentó abrir la puerta de la habitación. - ¡Más! Oh…sí, más… - la vista se le nubló por completo al observar a Christian haciéndoselo a una mujer en el diván. Tragó saliva. La oscuridad la ayudaba a ocultarse. Asco. Jo.der. Esa mujer no dejaba de gemir cada vez que él entraba en ella con fuerza. Y Anastasia podía verlo, observaba como se retorcía cuando Christian la embestía con ganas, bombeándola de placer, apretando las manos, gozando hasta el punto máximo ese inmenso deleite.

- ¿Te gusta? – le preguntó él. Aquella voz la estremeció por completo. Tanto que hasta procedió a morder su labio inferior, deseosa…sí…deseosa por estar en el lugar de esa mujer.

- ¡Sí, Dios…sigue! – le ordenó ella. Y Anastasia en su lugar, también deseaba que siguiera follándola, haciéndoselo, observarlo todo. Cuando de pronto, los sentidos volvieron a su lugar y en vez de seguir observando, se encerró en la habitación de nuevo, haciendo sonar la puerta con fuerza.
Los gemidos se detuvieron. Anastasia sintió que moría, la habían descubierto. Trató de esconderse en el baño, pero él…ya estaba dentro de la habitación.

Christian:- Estás pálida – le dijo, al encender las luces. Traía los pantalones a la cadera, ligeramente sudado y despeinado.

Ana:- Sí, sí…debe ser… -. No quiso mirarlo a los ojos por que sintió que se ruborizaría de nuevo.

Christian:- Y como no vas a estarlo y has visto lo de afuera. – soltó una risa pequeña.

Ana:-no Ha sido intencional.

Christian:- Sí, claro.

Ana:- No me gusta ver porquerías. –. – al menos deberías tener un poco de respeto por mí.

Christian:- Lo tengo.

Ana:- Oh claro…y por eso traes a esa puta a este departamento mientras yo estoy aquí. – se ruborizó de nuevo. ¿Por qué le reclamaba al propio secuestrador?

Christian- ¿Te molesta guapa? Te recuerdo que esto no es más que un jodido secuestro. – la miró. Ahora él también estaba enfadado, y al notar que Anastasia igual, decidió seguirle el juego. – además…si lo he hecho es por que te has dormido en ropa interior…

Anastasia tragó saliva. Ahora sí sentía la sangre sobre en su rostro.

Christian:- Es que solo a alguien como tú se le ocurre dormirse en ropa interior con alguien que ni siquiera conoce. – la miró a los ojos, comiéndosela con la mirada. Sus ojos fueron a parar entre sus senos, de nuevo pensó en lo dulce que sabrían en su boca. Al igual que su sexo. Delicioso. – Y no dudaría… - susurró, y entrecerró la puerta un poco más, de la habitación. Poco a poco fue aminorando la distancia que había hasta ella.
Christian:– en pensar que estás mojada… -

Anastasia tembló por dentro al escuchar esas palabras. ¿Cómo lo sabía? ¿acaso…lo sentía? Relamió sus labios involuntariamente. – mojada después de a verme visto haciéndoselo a alguien… - Anastasia retrocedía a medida que él se acercaba, tanto que fue a parar hasta la pared, chocando con ella, sin escapatoria, pues él estaba del otro lado, impidiéndole salir. - ¿me equivoco? – suavemente posicionó sus manos sobre las caderas de Anastasia. Se había excitado en menos tiempo con ella , que con la puta que había contratado para saciar sus deseos. Y es que su deseo era ella. Follarla. Se apegó a Anastasia, respirando su propio aliento, y rozando su erección en el vientre de ella, haciéndola sentir de alguna manera todo lo que provocaba en él. Se movió en círculos, la misma Anastasia soltó un leve gemido. Ahora sí estaba realmente mojada. Excitada en su punto máximo.

Christian:- dime que quieres sentirme dentro de ti. - susurró Christian
Christian:- dimelo... Vamos...

Ana:- No. - . El sentido común había vuelto a ella a tiempo. Anastasia lo alejó, a pesar de tener las manos de Christian firmes en sus brazos. Al menos tenía una cosa clara.
Ana:- Jamás estaría con alguien como tú.