Capitulo 31

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- ¿Christian? – preguntó el hombre fuera del auto. Anastasia se sobresaltó. Le sonrió a Christian, este parecía más bien a gusto con todo esto. Trató de bajarse de las piernas de él con dificultad. Una vez sentada en el asiento copiloto, Christian abrió la puerta.

Christian: - Ah… no es cierto… - dijo con una gran sonrisa. Bajó del auto y abrazó con fuerza al hombre que lo acababa de saludar.
Christian: – joder estás más grande. – le dijo. Y sí, ahora tenía dos tatuajes más y había hecho ejercicio.

- Siempre he sido así, imbecil. – se abrazaron. Anastasia miró desde adentro del auto.
- ¿se puede saber que haces aquí?

Christian: - ¿Nadie me ha extrañado en Kingston acaso? – Christian río.

- Vale sí, sí…como sea… y…- trató de observar quién seguía en el auto.
- ¿es una amiga? – se volvió hacia Christian, brindándole una mirada cómplice. Christian negó con la cabeza mientras reía. Si tan solo supiera que Anastasia era más que eso.

Christian abrió la puerta de la Ford. Anastasia se volteó a verlo.

Christian: - Te quiero presentar a alguien… - le susurró con una bonita sonrisa. Anastasia salió del auto de inmediato. Quería ser atenta. Diferente.

¿Christian había tenido otras novias? Bueno, ella quería demostrar que podía ser algo más que solo eso. Christian la vio rodear el auto, dirigiéndose a los dos

Christian: – Ella es Anastasia.

- Un gusto… - este le agarró la mano, besándosela. Vaya. Christian era un maestro realmente. Lo admiraba de ciertas maneras. Sabía elegir a las mujeres. Y Anastasia no era la excepción.

Christian: - Mi novia. – aclaró Christian. Con una oleada de celos en su cuerpo. Pequeña, pero la había.
Christian: – él es Mason, un amigo…

Ana: - Un gusto también. – le dijo Anastasia, de pronto sintió los brazos de Christian abrazarle la cintura, se volteó a mirarlo.

Mason: - ¿Y se quedaran un tiempo aquí? –.
Christian: - Sí, eso planeamos…
Mason: - Pensé que no vendrías más.
Christian: - Anastasia quería conocer… - la volvió a apretar contra su cuerpo, ella le dedicó una sonrisa.

Mason: - Sí…pero… - sonrió. Incomodo.
Mason: – ya sabes… lo último que pasó no fue muy bueno y…

Christian endureció la mandíbula. Sintió la mirada de Anastasia sobre sus ojos. Buscando una respuesta. Una pequeña palabra proveniente de sus labios que le explicara que había pasado. ¿Qué era lo que ella no sabía? ¿Y por qué no lo sabía? Y al ver que no obtendría respuesta de parte de Christian, intentó preguntárselo a Mason.

Anastasia: - ¿Qué fue lo que pasó? – le preguntó.
Adam: - ¡Christian! – un hombre rubio y alto se apareció por detrás. Tenía un enorme dragón en su brazo derecho, tatuado hace más de cinco años. Su favorito.

Adam: - ¿Qué haces aquí niño?
Christian: - ¿Niño? – saludó Christian. Se volteó para abrazar a Adam.
Christian: – ¡joder has envejecido!

Adam: - No, es el ejercicio… me tiene así… - mostró su bícep derecho.
Adam: –wow… ¿y quién es ella?

Ana: - Anastasia, mucho gusto. – saludó ella, estirando la mano.

Adam: - No, no… el gusto es mío bonita… - estrechó su mano.
Adam: – no me digas que este campeón – palmeó el hombro de Christian.
Adam: – te tiene en sus redes…

Christian: - Adam… - murmuró Christian, algo avergonzado. Anastasia sonrió.

Adam: - Nunca escoges mal, eh. – Adam río. Los años lo habían hecho trizas.

O al menos Christian lo recordaba diferente. Más vivo. De otra forma. El color de su cabello había cambiado, al igual que su voz y su aspecto.

Christian: - ¿Tienes idea si Elliot está en casa? – preguntó Christian.
Christian: – me quedaré unos días en Kingston, pero él tiene las llaves…

Adam: - Lo he visto en la mañana. Seguro a de estar follando por ahí…

Christian: - Adam… ¬¬ . – volvió a decirle Christian, esta vez incomodo por Anastasia. Ella soltó una pequeña risita.
Christian: - ¿quieres decir que no está ahora?

Adam: - No, probablemente no… - negó él.
Christian: - Joder… - renegó Christian.
Adam: - Si viene por aquí le diré que has venido, ve y da una vuelta por ahí mientras regresa… Kingston es muy grande…

Ana: - Sí, tiene razón. – le dijo Anastasia. Con verdaderas ganas de conocer más. Christian observó sus labios.

Le provocaba besárselos en ese mismo instante. No se podía creer lo increíble que era con él. Lo poco que le importaban sus defectos. Oh, vaya. Las ganas se hicieron más grandes. Una idea se le vino a la mente.

Christian: - Vale… - dijo, y sonrió al ver que Anastasia se contentaba. – iré por ahí y regreso en una hora, si vez a ese tipo por aquí… le dices que he venido y que quiero que se vaya de mi casa ¿esta bien?

Hola para que vean que no soy gacha les dejo uno más y ahora si es el último por el momento me parece que me emocione demas y subi muchos de golpe  aaa una cosa en capítulo 26 hubo un cambio de nombre del chico que ayudo a christian nada mas por si mas adelante tienen alguna duda les agradecería mucho sus comentarios que tengan un excelente fin de semana.

Azucena  😉😉

Secuestrada Where stories live. Discover now