Capitulo 95

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Y la música se aligeró.

Christian: - ¿Te puedo hacer una pregunta? – le interrogó él, Anastasia asintió sin dejarlo terminar. Se abrazaron más fuerte. “I Jus Can’t Stop Loving You” sonó en los amplificadores. La onda bajó. Pero ellos seguían más juntos que nunca.
Christian: - ¿qué sientes por mi?

Ana: - Todo… - susurró ella. – eres…eres lo mejor que me ha pasado en la vida… - Christian le acarició la cintura. Todo esto le llenaba de alegría. ¿Cuándo él había significado tanto para alguien? ¿cuándo?
Ana: – no te cambiaría por nada.
Se mecieron al compás de la música. Elevándose entre sus propios suspiros. La piel de Anastasia arropaba la de Christian con ternura y ligereza.

Christian: - He pensado en algo…

Ana: - ¿Qué? – le preguntó ella, separándose un poco para poder observar sus ojos.

Christian: - No lo sé…

Ana: - Dime… - susurró ella, acercándose a su oído. Christian sintió una fricción en sus pantalones.
Anastasia lo hacía temblar de pies a cabeza y de una y miles de maneras.

Christian: - Es que…no lo sé, en serio… - repitió él, haciéndola desesperar.

Ana: - ¡Dime! - Anastasia le pegó
suavemente el hombro. Más que un golpe, parecía una caricia para él.

Christian: - Bien… era algo que quería decirte desde volvimos a vernos…

Ana: - Ajá…

Se detuvo un momento. A pesar de que la música seguía sonando y corriendo entre las demás personas que adornaban la playa esa noche. Solo ellos dos se habían detenido.

Christian: - ¿Quieres mudarte conmigo a otra ciudad? – le preguntó él.
Christian: – me refiero a que… - cerró los ojos con fuerza y los volvió a abrir llenándose de valor. Se le hacía tan difícil decirle a la chica que le gustaba, lo que pensaba para los dos.
Christian: – quiero que nos mudemos, que vivamos en otra ciudad tú y yo solos… sin nadie más, empezar de cero… quiero… - la miró a los ojos.
Christian: – quiero demostrarte que puedo ser lo suficiente para ti.
Anastasia lo miró enternecida. Tragó saliva e intentó que aquel regocijo se le pasara. Pero no pudo. El nudo pasó de su estómago a su garganta, llenándole los ojos de lágrimas.

Ana: - Christian, yo…

Christian: - No, no…déjame hablar. – le pidió él.
Christian: - es la primera vez que quiero hacer las cosas bien Anastasia...yo…yo no soy perfecto, pero por ti…podría serlo y hasta superar esa palabra.
Y convertiría su nombre en la siguiente definición de “perfecto”. Solo si ella se lo pedía esa noche.

Ana: - No quiero que seas perfecto… - le susurró ella. Lo abrazó por el cuello, pegando su fino cuerpo al cuerpo masculino de Christian.
Ana: – quiero… - juntaron sus miradas. En un momento único, donde él supo que jamás dejaría de quererla.
Ana: - que seas tú. – le dio un pequeño besó en el mentón, dejando a Christian con unas ganas incontenibles.
Tu: – y sí, sí… por supuesto que quiero irme contigo, lejos, los dos solos... – Christian la tomó de la cintura, sonrió tímidamente. La quería muchísimo. ¿Por qué? ¿Por qué se había enamorado de ella? ¿Por qué ella se había fijado en él?
Ana: – llévame lejos… - era una duda que solo ellos dos podían contestar.
Ana: - y que nadie nos encuentre nunca.

Secuestrada Where stories live. Discover now