Capitulo 78

2.2K 240 34
                                    

Christian: - He extrañado esto... - susurró Christian. Se bajó los pantalones. El bóxer terminaría por romperse. Y también se lo bajó. Se quitó la chaqueta de cuero. A Anastasia se le formó una sonrisa en los labios al verlo puesto de pie, y con una enorme erección entre sus piernas.
Christian: - no te rías... - le dijo. Y Anastasia miró su miembro de nuevo. Moría por tocárselo. Por acariciárselo y sentir como eyaculaba junto a ella.

Ana: - Ven... - le dijo ella. La voz ronca de Anastasia solo hizo que las cosas empeoraran. O mejor dicho, mejoraran. Se tumbó sobre ella, aunque sin aplastarla. La abrió de piernas suavemente mientras bajaba sus braguitas. Observó su pubis depilado. Y sin pensárselo dos veces bajó para lamérselo completamente. Su lengua se movía rápidamente sobre el interior de su clítoris.
Anastasia le apretó la cabeza, no sabía de que cogerse en ese momento. Y él se introdujo más. Sacando y metiendo la lengua tan a gusto. Saboreando el jugo de su propio cuerpo. Su delicioso elixir. Paseó su húmeda lengua por sus labios vaginales. Y no podía asegurarse en que estado estaba Anastasia ahora. Subió la mirada. Ella colocó la cabeza hacia atrás, mordiéndose los labios.
Ana: - más, más por favor...

Christian: - Te daré algo mejor. - le dijo él. Y era momento de llenarla con su durísima erección. Abierta de piernas, la colocó en su entrada, quería gozar un par de segundos al ver su rostro cuando sentía su polla tan cerca a ella. Subió la mirada.
Christian: - te he extrañado tanto, te lo juro. - le dijo. Anastasia susurró un 'yo también' casi inaudible. Y eso fue suficiente para él. Suficiente y hasta podía sobrar. Metió su duro miembro en ella. Rebosándola de placer. Bombeándola de puro deseo. Anastasia contrajo las caderas para luego subirlas, haciendo que Christian se adentrara más ella y con más intensidad. Una pequeña fricción hizo que el miembro de Christian saliera de nuevo, ella respiró... sin embargo, él la cogió fuerte del culo de nuevo y se metió con fuerza. Las entrañas de Anastasia lo abrazaron con dureza.
Christian: - jo.der... que bueno es esto, Dios... es... es delicioso... - gimió él. Y salió y volvió a entrar. Con fuerza. Con toda su fuerza. Quería demostrarle cuanto la había extrañado durante ese año. Quería darle en una noche todo lo que no le había dado en varias.

Saciándola. Anastasia gimió una vez más. Y más y más. Y se contrajo. Dándoselo todo. Todo de ella. Ese delicioso jugo que a él tanto le gustaba. Ese que provenía de su feminidad, cuando ambos... habían alcanzado el cielo.

Secuestrada Where stories live. Discover now