Capitulo 11

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Ana: - Me importa un coño lo que tengas que decirme, déjame en paz. – se le escapó un gemido. No podía contener las lágrimas ni un segundo más.

Christian: - Vaya, vaya…¿quién iba a pensar que la millonaria Anastasia tenía ese vocabulario? – Christian abrió los ojos.

Ana:- Eres realmente insoportable… - quería llorar, ahora más que nunca. Un sollozo salió de sus labios. – repugnante. – una lágrima se desprendió de sus ojos. – te odio.

Christian: - No llores.

Ana: - Te odio muchísimo…

Christian: - No me gusta que llores. – esas palabras salieron tan fugazmente que Anastasia ni siquiera pudo escucharlas bien. Lo miró a los ojos, ahora ligeramente irritados por aguantarse las lágrimas. Christian también lo hizo.

Ana: - Suéltame por favor…

Christian: - Ya… - la soltó suavemente.

Anastasia respiró hondo. Desquitándose. Intentó irse, sin decirle nada más. Pero Christian volvió a voltearla para tenerla para él una vez más.

Christian: – no quise que lloraras…a veces no se lo que digo.

Ana: - Olvídalo.

Christian: - Olvídalo tú primero… - él le sonrió. Anastasia no pudo evitar sonreír a medias por la preciosa sonrisa de ese hombre.

Christian: – ahora, ¿me dejas ducharme? O es que quieres…ducharte conmigo…

Ana: - No.

Christian: - Vale, vale… - la vio salir. Menos cabreada que antes. Lo cual le hizo sonreír un poco más. Anastasia … Anastasia … se dijo así mismo. Tenía claro que jamás le diría lo que ebria sí le había podido confesar y que ahora sentía: Me gustas, y cada vez más.

Secuestrada Where stories live. Discover now