EPISODIO 30: ABE, EL CHICO DEL RAPIDASH

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—Bueno, mi madre siempre me contaba esas historias de niña.  Ya uno habiendo estudiado sabe que las cosas son distintas a como nos la contaban, por más que uno quisiera que esas leyendas siguieran siendo como nos las dijeron.  Jaja, me acuerdo de Clemont, y pienso que aun de niño no daría ni el más mínimo crédito a algo de eso.  Él siempre fue alguien muy apegado a la ciencia —responde su amada.

—Jaja, es cierto.  No dejó de ser fiel a esa pasión que siempre tuvo, aunque quizás sí se asombraría al ver con más simplicidad las cosas bellas de esta vida.  En ese caso creo que debería aprender mucho de su hermana.

—Es cierto.  Bonnie siempre veía las cosas de una manera muy simplista y las disfrutaba aun más —comenta sonriente Serena, mientras recuerdan a los 2 hermanos que los acompañaron en su gran travesía por Kalos.

—¿Sabes?  Aun me pregunto: ¿qué será lo que tenemos tú y yo en nuestras mentes?  ¿Por qué Arceus nos eligió a ti y a mí precisamente?   Es cierto que nos une un muy profundo sentimiento —se vuelve a Serena y la toma de las manos—, pero de igual forma temo que al final sea algo que no queramos que suceda.

—¿Por qué lo crees?

—No lo sé, pero últimamente he tenido sueños no muy gratos —le confiesa algo taciturno.

—Mejor no pensemos en eso y disfrutemos estos momentos, Ash.  Esperé 4 años por volverte a ver, y no quiero desperdiciar cada segundo que esté junto a ti —le pide con los ojos brillantes.

—Tienes razón.  ¡Volvamos al campamento!  No vayamos a preocupar al Maestro —y ambos sonríen de manera cómplice.

Y así empezaron ambos su marcha de regreso al campamento, tomados de la mano y muy felices de caminar juntos en esa fresca y hermosa mañana.  Se ve pasar al lado de ellos un hermoso ejemplar de Rapidash y tras él varios Ponyta lo siguen a toda velocidad.  A la distancia brilla el resplandor del río artificial que ya está algo distante.  En ese instante se fijan mejor y ven a la distancia el océano, a la vez que una brisa costera acaricia sus rostros.

—¡Oh, Ash, estamos ya tan cerca del océano nuevamente!  Sé que te va a gustar mucho Gateon Port.

—Seguramente así será —afirma su amado—.  Aun recuerdo todas las playas que visité durante estos años, en especial las de Alola.  Esas islas son un lugar mágico y maravilloso.  Si todo sale bien y seguimos adelante con este sueño que tenemos tú y yo, amor, quiero que vayamos a darnos unas vacaciones por allá.  Estoy seguro que a Pikachu le encantará volver ahí.

—Aun tengo las fotos que me mandaste de Alola —le menciona Serena—.  Debo confesarte, por un momento me sentí algo celosa cuando te veía con esas 3 chicas.

—Jaja, ¿te refieres a Lillie, Lana y Mallow? —le pregunta Ash—.  Vamos, ellas son excelentes personas, pero jamás se podrán comparar a quien me acompaña en estos momentos (guiño).

—¡Oh, eres tan atento!

—Y lo puedo ser aun más.  Cierra tus ojos.

—¿Para qué?

—¡Nada más ciérralos, amor! —le insta sonriente su novio, a lo cual accede la reina de Kalos.

Tras un pequeño momento...

—Ahora ábrelos.

—¿¿??... —Serena observa asombrada un ramo de flores que Ash ha recolectado para ella—.  ¡A-Ash!  ¡Cielos!  ¡No... no debías...!  ¡Está hermoso! —los ojos de Serena están más brillantes ahora.

—Creo que este ramo estará ahora más bello con que la flor más hermosa de todas lo tome.

—¡Ash...! —Serena ya no sabe qué más decir, está realmente conmovida ante las palabras de Ash, y se le lanza encima a Ash en un abrazo muy entrañable, y a punto están de besarse cuando...

Pokémon - Los Primeros Pasos de un MaestroМесто, где живут истории. Откройте их для себя