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María José,

Debo admitirlo, tienes un agradable nombre, pero no te queda nada, en verdad que no.

Un buen nombre en una fea chica: eso no va. Jamás.

Atentamente:

Un sexy anónimo.

Luego de dejar cuidadosamente la pequeña nota en el casillero de María José, se ocultó esperando a que ella la encontrara, y así fue. La dichosa carta cayó al suelo luego de que ella abriera el casillero, la recogió y la leyó. Sólo sonrió divertidamente y observando a su alrededor, intentó encontrar a un sospechoso.

Él, quedó anonadado por la sonrisa de la chica. No sólo no parecieron afectarle las malintencionadas palabras, sino que aquel gesto tan singular y brillante quedaría de ahora en más, sin posibilidad de olvido o confusión, como un recuerdo esperando a ser reproducido una y otra vez en su memoria.

No te quiero nadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora