Capítulo 25

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La casa de Error estaba a oscuras, la luz se había ido por culpa de la tempestad que había fuera. El empresario rogaba por que los niños estuvieran bien y que no les hubiera pasado nada, se sentiría culpable si la tempestad los hubiera tomado mientras iban a su orfanato. Él no quería que nadie saliera herido, pero una cosa estaba clara: él había dañado a Ink.

Nunca pensó que su radiante compañero podría ser tan sensible, recordaba la primera vez que lo escuchó llorar cuando las criadas les tendieron esa cruel trampa. Pensó que era cosa del momento y que en poco tiempo volvería a sonreír sin temor.

Pero ahora todo había cambiado, ahora sabía que sus palabras podían afectar bastante al pintor que siempre fue su compañero y ahora podría incluso nunca jamás volver a verlo. Pero tenía la esperanza que algún día podría volver a ser feliz junto a él y sus problemas se solucionarían, pero para ello debía esperar. Los finales felices no se logran en poco tiempo, te debes esforzar en conseguirlo.

No existen milagros de la nada, no te creas lo que ves en las historias, allí suelen contar muchas mentiras, mentiras que te dicen que el amor se puede conseguir a primera vista y después vivirás por siempre con esa persona. Ya casi nadie logra el amor eterno, y luchar por él no es algo muy sencillo que digamos.

Tampoco puedes creer que los finales felices vendrán hacia ti como si los llamarás justo como un amo llama a su perro, no. Eso no funciona, y si funciona es por una grandiosa suerte que te acompaña cada día, pero es mayoritariamente imposible de conseguir un final feliz sin luchar por él.

Los minutos pasaban monótonos en el salón, donde todos se encontraban, incluidos los padres de Error, hablando, leyendo o simplemente observando como las gotas de lluvia caían en el jardín. Pero el empresario no hacía nada, solo miraba al suelo, siendo interrogado por sus padres, diciendo que no podía ser tan débil.

Su corazón se encogía cada vez que una gota de lluvia tocaba los vidrios, recordaba que por culpa de haber cerrado las ventanas y haberlas cubierto con las cortinas no pudo ver como Ink había huido de allí. Deseaba poder volver al tiempo y poder abrir las ventanas y apartar las cortinas par poder parar a Ink antes de que se fuera. O incluso regresar mucho antes y no gritarle, después de todo el pintor solo quería darle ánimos. Se sentía tan estúpido en esos momentos que no podía aguantar la presión de ver a todo el mundo tan tranquilo.

Geno miraba fijamente al cristal, esperando a que Reaper regresara de la tienda donde había ido a comprar. Justo unos minutos después de su partida hacia la tienda la tempestad había aparecido y eso alertó a Geno, que intentaba llamar a Reaper, pero no podía por culpa de la señal que funcionaba pésima aquel día por culpa de la tempestad-tormenta-lo que sea.

Las estrellas ya comenzaban a aparecer, pero Error se sentía nostálgico por culpa de la continua lluvia que parecía que nunca acabaría, pero también pensaba que era una lluvia parecida a las que vivió de pequeño, cuando todavía sus padres no habían descubierto sus talentos y podía salir a jugar con el barro en esos días lluviosos que todavía recuerda bastante bien.

Odiaba recordar cosas de su infancia, pues casi toda ella estuvo llena de clases extras fuera de la escuela para mejorar todos sus talentos y habilidades para en un futuro ser alguien de provecho, pero en ese específico momento en el que todavía era libre, amaba recordarlo, era un hermoso momento que quería revivir una vez más. Pero lo pasado pasado está.

Perfecto, ahora habían truenos. Error pensaba que su suerte era demasiado mala y que debería ir a arreglarla, pero claro, sabía que la suerte no podía ser reparada de ninguna manera, y todo lo que podía hacer sería esperar, esperar a conseguir compañía una vez más. Amaba la compañía, pero desde hace mucho la única compañía que tenía buena era la de sus hermanos, pues sus trabajadores no contaban en nada.

'Pintor' [ErrorInk] #premiosErrorInk2017 [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora