Capítulo 11

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Los dos esqueletos se perdieron por ese largo corredor lleno de puertas gigantescas dónde estaban unos carteles con los nombres de las películas que se proyectarían en cada sala. Habían en total unas treinta, así que la búsqueda sería un poco difícil para ellos. Miraban sus boletos, que indicaban la sala veintiocho, así que tendrían que caminar por un buen rato hasta llegar al final de ese extenso pasillo lleno de gente que sujetaba palomitas y refrescos, niños corriendo con felicidad y adultos conversando en asientos que habían para esperar a que la sala abra y poder esperar a que la película empezara.

En la caminata, ninguno de los dos habló, estaban sumidos en sus pensamientos, recordando cada cosa de su pasado, cada rato que pasaron juntos, recordaron las tardes en las que iban a ver películas a la casa de Error. Eran buenos momentos que fueron desapareciendo poco a poco, sin dejar ningún rastro. Pero ahora, los recordaban, se acordaron de todos los momentos que alguna vez sucedieron.  El silencio que había no era incómodo, simplemente estaban pensando, en silencio, no tenían necesidad de hablar. Hablar no siempre es necesario en casos como esos.

Después de un largo camino, en la zona izquierda del pasillo pudieron ver un portalón dónde colgaba un cartel elegante. Esa era la sala veintiocho, la sala que tanto rato habían estado buscando. Sujetando las palomitas y los refrescos con firmeza, ellos dos abrieron la puerta, dejando ver una sala llena de gente. 

Las luces estaban aún encendidas, faltaban quince minutos para que la película comenzara, así que tendrían un tiempo largo para poder hablar de cualquier cosa y empezar a comer palomitas y acabarlas antes de que comience la película, lo típico cuando vas al cine, acabas todas las palomitas o los refrescos antes de que comiencen incluso los anuncios que hay antes de la película en si.

—¿En qué fila debemos ir?—Preguntó Ink a Error, que miró su boleto, viendo que debían ir a la fila del medio, una de las mejores filas que te pueden tocar en los asientos del cinema. Tambaleándose por culpa de los escalones desalineados intentando no tirar su comida por la falta de equilibrio. Lo único malo de esa sala eran las escaleras, que tenían pequeños 'tumores' en el tapizado, dificultando el paso.—Deberían arreglar estos escalones—Murmuró un poco nervioso intentando no caer y romperse el cráneo.

—Estoy de acuerdo—Responde Error mirando que Ink no cayera por los escalones, que pronto llegaron a las filas del medio. Debían buscar los asientos diez y once, y eso fue lo que hicieron una vez pisaron un suelo liso y seguro.—¡Allí están!—Exclamó Error mientras notaba el número de sus sillas. Ink asintió mientras caminaban para llegar a los asientos.

La sala, como ya dije, estaba llena de gente que esperaba impaciente a que los anuncios comenzaran, comían palomitas o hablaban en voz baja para no molestar a las demás personas. Los dos esqueletos se sentaron en silencio, todo era incómodo, no les apetecía hablar en ese momento pero no tenían alternativa si querían quitar ese silencio que los envolvía.

—¿Y tenías otra razón especial para ver una película de terror?—Preguntó el empresario cortando el silencio. Ink rió en voz baja, sabía que su amigo le preguntaría algo de ese estilo, si no lo hubiera hecho no sería Error, sería un extraterrestre controlando su cuerpo. Entonces decidió contestar con toda la naturalidad del mundo.

—Me gustan las cosas paranormales y relacionados con el terror.—Esa fue su respuesta, Error nunca supo de ese gusto ta particular que tenía su amigo, así que asumió que lo obtuvo después de que sus padres los separaran. Era lo más lógico, el pintor nunca le había ocultado algo, siempre era sincero con sus gustos.

—¿Desde cuando?—Preguntó desconfiado Error, quería saber que su teoría de haber desarrollado esos gustos en su adolescencia era cierta o no. Ink no era tonto y sabía el por qué de la pregunta de Error.

'Pintor' [ErrorInk] #premiosErrorInk2017 [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora