XLVIII

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Nicole

Me era imposible dejar de llorar; aunque ya no sabía exactamente porqué lo estaba haciendo. Si era por mi, por Alonso o por la situación en general. Pero había llorado tanto que me era casi imposible abrir los ojos; mi mamá se había abstenido de preguntar qué era lo que ocurría después de 3 intentos.

No podía dejar de lamentarme la manera en que todo se había salido de control y en especial, lo que había dicho Alonso.

Entonces había tenido razón por aproximadamente 3 meses, no era su novia y no era su amiga, era algo indefinido para mí, y para él había sido: «nada».

Si quería una definición, ahí estaba. Y de parte de la persona de quien la quería porque, eso era lo que pasaba por su cabeza. Eso era lo que había pensado todo el tiempo.

Además claro del hecho de que estaba siendo dramática y egoísta, pero no pensaba demasiado en eso, porque soy experta en repartir culpas y quedarme con la menor parte de éstas.

Definitivamente tenía que dejar de ser tan ridícula y tan llorona.


● ● ●

-Luces agotada -Patricia se alejó un poco de la caja registradora para observarme apropiadamente. -¿Estás bien?

Asentí y me tallé los ojos con la mano derecha. Empezaba a odiar este estúpido Starbucks de tanto que venía, aunque al menos no me obligaban a pedir nada mientras esperaba a que mi amiga saliera de trabajar. Si no, probablemente ya detestaría la mitad del menú.

-Solo apresúrate -bufé, pasándole una bolsa de nueces para que las cobrara.

Mientras comía las nueces y cuestionaba mis decisiones de vida, Patricia continuaba trabajando. Yo había salido temprano porque había un evento en la estación de radio al día siguiente y aparentemente yo era incapaz de ayudar, hasta después.

Cuando finalmente la dejaron salir, fuimos a la plaza. No sé porqué insistía en que la ayudara a buscar ropa. Yo iba en sudadera y jeans a la escuela la mayor parte del tiempo; pero ella decía que tenía buen gusto y quería mi ayuda para elegir un vestido para una fiesta familiar.

-Quita eso -apagué el radio cuando comenzó una canción de Coldplay y me hundí un poco más en el asiento.

-¿Ahora qué te pasa? -me miró de reojo y luego volvió la vista completamente hacia el camino.

-Nada -bufé -Bueno... -miré al techo del auto, aún decidiendo si debía contarle o no porque probablemente también terminaría discutiendo con ella. Además, me preguntaba si debía utilizar la frase: «Alonso y yo rompimos» o «Rompí con Alonso» o simplemente «Estamos peleados» ¿Por qué cada vez que peleábamos había un montón de drama? Creo que ambos teníamos un gusto especial por eso, aunque no lo admitiéramos en voz alta.

De todas formas, también me hacía falta una definición para nuestra situación actual y esta vez, no quería preguntar cuál era. Me vería completamente ridícula llamándole o incluso yendo con él a decirle: "¿Cortamos o no?" "¿No estabas cortando conmigo, verdad?" "Porque yo no sé si estaba cortando contigo en serio" Como en esa tonta película que pasaban a cada rato en la televisión... El Diario de no sé quién.

-¿Bueno? -insistió.

Solté un ligero gimoteo y luego me aclaré la garganta. -Pues, tuvimos una pelea y...

-Oh no.

-Sí si -tomé esa como mi oportunidad de evitar el tema y comencé a subir y bajar la ventana.

Man On A Wire || a.v.Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz