XLII

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You are my getaway, you are my favorite place.

Nicole

Intentaba lo mejor que podía no tomarlo personal, pero mientras veía la fotografía en el Twitter de Blanca y mi estómago se revolvía de enojo, estaba claro que no estaba funcionando.

Una vez más, Twitter arruinaba mi vida mostrando lo que otras personas marcaban como favorito, en esta ocasión, una foto que la hermana de Jos había subido del compromiso del día de CD9. Yo no había podido asistir dado que tenía que cuidar a Angie y no creía que a los managers les cayera muy en gracia que mi sobrina de cuatro años fuera la pequeña sanguijuela de 1/5 de la banda.

No estaba molesta con Alonso porque, a su pesar, había mencionado que era probable que Fernanda invitara a Blanca. Y Jos lo había dicho también. Así que yo me había ahorrado las palabras "Con mayor razón" antes de decir «No puedo ir». Pero estaba bastante segura que Fernanda subía las fotos a propósito, me había preguntado varias veces si le caía bien y creo que esto me abstenía de hacerme ilusión alguna al respecto: Blanca siempre iba a ser la predilecta. Y aunque esto no debía importarme porque Fernanda no tenía nada que ver con Alonso, estaba enfurruñada en el sillón de mi casa mientras Angélica decidía qué película quería ver.

-Nikki -llamó sosteniendo una en alto -¿Podemos verla?

Bloquee el celular y lo puse junto a mi pierna: -Claro, pequeña -sonreí.

Estuve los primeros veinte minutos de La Princesa y el Sapo, resistiendo el impulso de idiotez de poner indirectas en Twitter; porque se supone que era una adulta de 19 años y esas cosas no se hacían. Así que aparté el teléfono y me dispuse a prestar atención a la película.

Unas cuantas horas después, fueron por Angie y mientras yo recogía la sala y mi papá nos contaba cómo le había ido hoy en el trabajo, me llegaron un par de mensajes de Alonso.

Alonso V 20:56

Te extrañé mucho hoy.

Te quiero

Nikki B. 21:05

Eres un ridículo.

Te quiero más


Era probablemente la peor novia del mundo y eso que llevábamos siendo novios oficiales casi un mes.

Qué tristeza.

● ● ●

-¿Podemos ver Hércules? -chillé, sonriendo.

-Si quieres -Alonso se echó a reír y palmeó el espacio junto a él en el sofá.

Deposité las palomitas en la mesita de café y me senté junto a él, recargando mi cabeza en su hombro. Buscó la película en Netflix y me rodeó con su brazo. Mis padres habían salido a hacer unas compras para cenar y lo primero que habían dicho era que no se iban a tardar nada y mi mamá, antes de subir al auto me había advertido que ya estaba bastante grande para «saber lo que hacía» y fue bastante incómodo para mi.

-¿Qué haces? Estoy viendo la película y me distraes -lo miré de reojo, él me estaba mirando fijamente, así que dejé de cantar "De cero a héroe".

-Creo que amas más Hércules que a mi-se rió.

-Sí, probablemente tengas razón en eso -le saqué la lengua.

-Tenías que decir que no -se llevó una mano al pecho en un gesto ofendido.

-No puedo decirte mentiras -me encogí de hombros -Ahora, ya déjame ver la película.

-Pero...

-¡SHHH! -puse mi mano justo en medio de su cara -¡ESTA ES MI CANCIÓN FAVORITA!

Él se recargó en su codo mientras yo prácticamente gritaba la letra de "No hablaré de mi amor".

-En serio deja de verme -en cuanto Hades apareció en la pantalla lo voltee a ver de nuevo. -Me pones incómoda.

Él se limitó a sonreír. -¿Cómo tuve tanta suerte de encontrarte?

-No hagas eso -me sonrojé.

-¿Qué? ¿Decirte que me encantas y que me haces muy feliz?

-Alonso -me quejé otra vez.

Era la persona menos romántica del mundo, así que si me había tomado algunos meses que la interacción física dejara de ponerme incómoda, aún me iba a tomar un poco más de tiempo no querer esconderme abajo de una mesa cuando el decía cosas como éstas.

-¿Qué?

-Para. Solo quería ver una película de Disney como dos personas normales -arrugué la nariz.

-Ya ni la estás viendo -arqueó las cejas.

-Porque me distraes -insistí buscando el control remoto, en cambio encontré su mano y el la apretó, jalándome un poco hacia él, volví a acomodarme en su brazo y regresé la película. -¿Y cómo les fue en su evento? -pregunté, intentando sonar desinteresada.

-Bien, creí que terminaríamos muy tarde.

-Qué bueno que no fue así... -piqué el botón de pausa del control -Eh, vi la foto que subió Fernanda.

-Ah, sí...

-¿No le caigo muy bien, verdad? -musité.

-No es eso.

-Sí es eso -bufé.

-Nikki...

-No pasa nada -aseguré, tomando el control una vez más.

-Sí pasa -giró un poco el cuerpo para mirarme a la cara -No debería importarte la opinión de la gente.

Es muy tarde para eso.

Me quedé callada y froté el sillón con mi dedo índice, como si intentara hacerle un agujero.

-Hablo en serio -apretó un poco la mandíbula -No le prestes atención.

-No lo hago -insistí -Solo olvida que mencioné la foto ¿bien?

-Nicole.

-¿Qué?

Me abrazó con fuerza. -No quiero a nadie más que a ti, y la opinión de la gente no va a cambiar eso.

-Me siento realmente estúpida por tomar todo tan personal -musité con voz temblorosa -Pero no puedo evitarlo.

Él no contestó, solo me abrazó más fuerte.

-Creo que fui yo quien tuvo suerte -murmuré -De encontrarte a ti.

Alonso sonrió: -Entonces, creo que ambos somos los afortunados - dijo, antes de besarme.

Man On A Wire || a.v.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora