XLV

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Nicole

-¿Qué pasó con el bronceado, Nicole? -José Luis cruzó la puerta y sonrió.

Bufé. -Es imposible -me quejé. Al menos no había terminado como un camarón.

-Me fallaste -se llevó una mano al pecho -¿Cómo te fue?

Le relaté a grandes rasgos lo que había ocurrido, como paseos y cosas así. En primer lugar no creía que le interesara saber las cursilerías de mi novio y en segundo, contárselas sería bastante incómodo. Él dijo que estaba feliz de que me hubiera divertido, pero ahora tenía que ponerme a trabajar.

● ● ●

-¿Y bien? -Paty arqueó las cejas -¿Cómo te fue?

Me aclaré la garganta y comencé a picar los botones del radio de su coche. -Bien, gracias.

Ella apagó el radio. -¿Bien? ¡Cuéntame, Nicole! Muero por saberlo todo.

-Ay, ¿Qué quieres que te diga? -me tallé la frente.

Quería que viéramos una nueva película, y además yo necesitaba comprar el regalo de cumpleaños de mi papá. Así que supondría una salida divertida.

Jadeó. -¡Oh por dios!

-¿¡Qué?! -aparté la mano del radio, y miré alrededor sintiéndome alarmada, ya que mi amiga no era la mejor conductora del mundo.

-¡TE DESFLORÓ!

-¡¿QUÉ?! -solté una carcajada, era la palabra más extraña de la vida y a ella le encantaba usarla. -¡Y no Patricia! -le di un golpe en la cabeza, arriesgándome a que nos estrelláramos con un árbol.

-¡Claro que sí! Si no, ¿por que no me quieres contar?

-Ay, porque no tienes que enterarte de cada aspecto de mi relación.

-Como ese -añadió.

-No hay ese -puse los ojos en blanco -Así que basta.

-Ay -se quejó -Bueno, pero ¿A dónde fueron o qué hicieron o qué?

Suspiré. -Él dijo que me amaba.

Paty frenó en seco y varios claxons se escucharon al mismo tiempo. -¿QUÉ?

-¡No hagas eso! ¡Vas a matarnos! -exclamé -Yo manejo de regreso -le advertí.

-¿Qué le dijiste? -avanzó de nuevo con más cuidado mientras un taxista nos hacía señas obscenas.

-Que yo también -repliqué en voz baja, mi rostro tornándose de color rojo carmín.

-¡AY DIOS MÍO!

-Patricia, bájate.

-Ay yo los amo, van tan en serio y son tan bonitos.

-Cálmate -me reí de manera nerviosa -Todo va tranquilo y bien. Se tardó como una vida en pedirme que fuera su novia, ¿te acuerdas? Así que no.

-No fue una vida, tampoco me jodas, Nicole.

-Ay, qué genio -bufe, prendiendo el radio otra vez -El punto es que, estamos bien y todo lo demás ¿sabes?

-Está bien, como quieras.


Normalmente lo que le compraba a mi papá era un libro y un disco, el CD lo elegía mi mamá pero ahora era mi turno de escoger ambos.

-¿John Katzenbach o...? -tomé otro -¿David Baldacci?

-El que quieras -Paty se encogió de hombros -Yo no sé de eso.

Man On A Wire || a.v.Where stories live. Discover now