IV

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Alonso

Cuando tienes una idea metida en la cabeza por mucho tiempo, y algo radical intenta cambiar tu concepto completamente. Corres el riesgo de volverte loco.

Y honestamente, ese día pensé que yo me volvería loco. Si no lo había hecho cuando tenía 5 años y conforme crecía, probablemente perdería la cabeza en ese momento. Cuando las cosas le pasan a alguien más, y tú estás viéndolo de lejos, es algo que en realidad no te importa demasiado. Pero ahora yo estaba involucrado.

Mis amigos notaron que algo raro me estaba pasando pero debido a su cansancio se abstuvieron de preguntar. Yo tenía que dejar de pensar en todo el asunto del Hilo, no es que pudiera contárselo a alguien de todas formas así que, si me preguntaban qué era lo que tenía, no sabría qué contestarles. Solo que, la imagen del Hilo saliendo de mi pecho era algo que no podía sacarme de la cabeza, simplemente me parecía imposible. Necesitaba unas vacaciones y tal vez un lavado de cerebro.

✦ ✦ ✦

—¿Puedes recordarme por qué tengo que acompañarte a esto? —le pregunté a Bryan.

Nuestras vacaciones habían comenzado unos cuantos días atrás. Justamente una semana después de esa firma que aún me causaba conflicto, varias veces al día, me encontraba examinando mi pecho en busca del Hilo. Algunas veces –aún no estoy seguro porqué– podía ver el Hilo aunque la persona no estuviera cerca de su otra persona ¿su destino? ¿su destinado? No encontraba una manera no sosa de decirlo. Mientras tanto, mi Hilo no estaba ahí, así que me consolaba pensando que había sido un error.

No tenía nada contra... contra ella. Era bonita, yo lo había dicho en serio, y me pareció muy tierna. Pero no podía ser mi otra persona, era algo prácticamente imposible. Siempre decía que los que de verdad lograban encontrar a su persona, eran los afortunados, claro que podías ser feliz con la persona incorrecta pero no se comparaba a cómo lo serías con la correcta. Y sí mi persona era una fan, probablemente yo era de los desafortunados. Tenía miedo, tener un Hilo es algo súper extraño pero ¿tener un Hilo con alguien a quien yo tal vez no volvería a ver? Eso era aterrador.

—Porque yo en verdad no tengo idea qué comprar —contestó Bryan guiándome hacia una de las tiendas departamentales. Navidad era en un par de días y Bryan Mouque estaba haciendo compras de pánico, porque había olvidado los regalos de la novia de su mejor amigo y su mejor amigo, de hecho. —¿Qué crees que le guste a ella?

—Y yo qué sé —me encogí de hombros —Jamás en mi vida la he tratado.

—Alonso —me golpeó el hombro —Es la que va a los conciertos a veces.

Era obvio que sabía quien era, solo que no me caía precisamente bien.

—Ah, claro —contesté con desinterés —¿Por qué no trajiste a tu hermana o hasta a la de Jos?

—Porque no —negó con la cabeza y se dirigió a la sección de cocina. Lo miré cuestionante, ¿de verdad quería comprarle algún utensilio de cocina? No iba a funcionar.

—¿Por qué no buscamos primero el de tu amigo?

—Buena idea —alzó el dedo índice y soltó la espátula que sostenía. Este chico era increíble...Increíblemente distraído. Él era una de las personas que me daba curiosidad por saber para quien estaba destinado. Yo solo esperaba que fuera alguien que de verdad lo quisiera y fuera a aguantarlo con su cabeza en las nubes.

Mientras buscábamos algún videojuego o algo que a Bryan le pareciera adecuado, yo seguía los Hilos de las personas de aquí para allá. A pesar de que a veces odiaba bastante poder hacer esto, lo que sea que esto fuera y por la razón que fuera, me servía para entretenerme en momentos así.

—¿Qué tanto miras? —preguntó mi amigo, dejando una bufanda donde la había encontrado —Solo veo tu cabeza moverse para todos lados ¿buscas a alguien?

—¿Qué? No —negué con la cabeza —Solo estoy viendo si algo llama mi atención.

—Oye —me puso una mano en el hombro —¿Qué tenías el día de la firma? Estabas raro.

—Nada.

—¿Encontraste al amor de tu vida? —se burló.

Qué gracioso, Bryan.

—¿De dónde sacaste eso?

Fue su turno de encogerse de hombros. —Solo digo.

Mi celular interrumpió mi respuesta así que le hice una señal y me alejé a hablar por teléfono. Diego tenía un problema similar al de Bryan respecto a los regalos navideños, pero él ya había jurado tenerlos listos. Estaría en problemas. Unos minutos después le prometí que le ayudaría a encontrar un regalo para Braulio, ya que me encontraba de una vez en el centro comercial. Y luego me dirigí a encontrarme con Bryan otra vez.

Lo encontré en la perfumería, en el piso de abajo. Y estaba hablando con una chica, supuse que era una fan. Me pregunté si debía acercarme o esperar a que se desocupara para que no llamásemos tanto la atención. Hasta que la familiar hebra plateada hizo acto de presencia, desde mi pecho hasta el de ella.

Bryan estaba hablando con quien yo me negaba a llamar MI persona.


Man On A Wire || a.v.Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt