VIII

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Alonso

¿Alguna vez han deseado que algo no ocurra con tanta fuerza que parece que el destino conspira contra ustedes, y entonces ocurre?

Bueno, ese era mi caso en ese preciso momento.

Al principio no la vi porque creí que ya era muy tarde y prácticamente llegué corriendo a la cabina, y ya había muchas chicas reunidas ahí.

-Oh por dios, es rubio -dijo una de ellas.

No fue solo una de ellas. Fue mi ella.

La chica a su lado ahogó una risita y ella le metió un pellizco.

-¿Nicole? -balbucee. Mi mirada encontrándose con la suya. Todas las chicas la voltearon a ver, diferentes expresiones cruzaron sus rostros.

-Hola -alzó una mano, sus mejillas completamente rojas. -Me gusta tu cabello.

Y sí. Ahí estaba el Hilo.

Una parte de mi pensaba que esto del Hilo era una completa tontería, esa era la parte racional. La que estaba aterrada desde Navidad. La otra, repetía de manera burlona la frase: Si esto no es suficiente, no sé que hay que hacer para que te quede claro.

-Hola -respondí, jalando mi silla hacia el frente para alcanzar el micrófono. -Hola a todas -reí de manera nerviosa.

-¡Alonso! -exclamó el locutor -¡Pero qué sorpresa!

-¿Lo dices por mi o por mi cabello? -mis ojos se encontraron con los verdes, que brillaron con un poco de vergüenza. Las chicas se rieron.

No pasaría mucho tiempo ahí, solo había que estrenar el nuevo sencillo y tomar fotos con fans.

Mientras la canción sonaba y las chicas chillaban unas cuantas cosas y se movían al ritmo de la música. Yo seguía viendo la línea plateada salir de mi pecho y hacia Nicole.

Lo había hecho de nuevo.

Me había cruzado con ella.

Definitivamente es tu persona, Alonso.

Después llegó Jos y estuvimos tomando más fotos, escuchando la canción otra vez y todo el asunto. Hasta que comenzaron a sacarlas de la cabina porque se estaba haciendo tarde.

-Hola, Nikki -saludé, logrando finalmente llegar a su lado. -¿Cómo estás?

-Hola -murmuró -Bien, ¿y tú?

Su amiga estaba semi-oculta a su lado. -Hola -la saludé -¿Cuál es tu nombre?

-Jimena -replicó sonriendo.

-¡Hola! -Jos me pasó un brazo por los hombros -¿Les gustó la canción?

Ambas asintieron.

-No parecen muy convencidas -bromeó mi amigo -Tal vez les guste más la versión en español.

-No creo -soltó Nikki y luego cerró la boca con fuerza, haciendo que sus dientes tronaran.

Jos sonrió. -¿Ah no?

Ella chasqueó la lengua. -Tal vez sí.

-¿Qué tal a ti? -se dirigió a Jimena -¿Inglés o español?

-Bueno, aún no la escucho en español ¿o si? -contestó ella con una ligera sonrisa.

-Ya, no las molestes Jos -me reí. -El domingo se estrena en español, nos cuentan su opinión.

Jos me miró de reojo y sonrió. -Personalmente.

Enarqué una ceja.

-¿Por qué no vienen el domingo con nosotros? -continuó -También vamos a ir a la estación de radio.

Jos no, ¿Qué haces?

-¿De verdad? -preguntó Nicole con el ceño fruncido.

-Claro -Jos se encogió de hombros -¿Por qué no?

-No lo sé, yo...

Entonces fue el turno de Jimena de darle un pellizco. -¡Vamos! -murmuró, o eso intentó porque tanto Jos como yo la escuchamos perfectamente. -Quiero conocer al resto de la banda... -hizo un puchero y lo eliminó de inmediato.

-Anda... -Jos pausó, invitándola a decir su nombre.

-Nicole.

-Anda, Nicole hazlo por...

-Jimena -añadió la otra chica.

-Jime y por mi -sonrió -Y por Alonso -subió las cejas repetidas veces y yo contuve la respiración. Ya sabía de donde había salido todo esto.

Bryan.

Bryan había insistido en que no me había acordado de Nicole solo porque "me parecía familiar" y cuando vio que la seguí en Twitter, no dejó de molestarme. Seguro se lo había contado a Jos.

Genial.

Nicole se talló la frente y asintió. -Okay.

-No se supone que aceptes tan rápido las propuestas de unos extraños -solté.

Ella sonrió. -Ya es muy tarde.

-Señoritas, tienen que irse -les indicó el locutor, tomándolas por el hombro.

Jos y yo le hicimos señas de que estaba bien y las acompañamos afuera.

-¡Nos vemos el domingo! -llamó el pelinegro cuando ellas ya iban por la mitad de la escalera.

Ambas gritaron un «Okay» de vuelta y soltaron unas risitas.

Simplemente genial.

Jos me dio unas palmadas en la espalda. -De nada.

Me tomó un gran esfuerzo el no darle un golpe en la cabeza.

El Hilo siguió el camino de Nikki como siempre.

Mientras Jos comenzaba a bajar las escaleras hacia el estacionamiento, yo iba pensando en la sarta de cosas que me mortificaban. Especialmente esa cosa rara que podía hacer.


Man On A Wire || a.v.Where stories live. Discover now