XL

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Nicole

-¡PATRICIA! -grité, entrando en la cafetería. Unas cuantas personas se giraron para mirarme extrañadas, les dirigí una mirada de disculpa a algunos y continué mi camino hacia el centro del sofá anaranjado, donde se encontraba mi amiga.

-Nikki -se quejó antes de que yo pudiera continuar hablando -Mi examen de inglés fue horrible.

-Ah, lo siento -me encogí de hombros -¿¡Adivina qué?!

-Gracias, Nicole -bufó.

-Lo siento es que estoy emocionada -sonreí ampliamente, el guasón se quedaba corto comparado conmigo.

Paty sacudió la cabeza. -¿Bueno qué pasó?

-¡Al fin me pidió ser su novia! -grité. La chica de en frente de nosotras, que también iba en nuestro salón, me miró fijamente e hizo una mueca así que bajé la voz. -Alonso -solté una risita sumamente estúpida y me dejé caer sobre mi amiga.

-¡¿NETA?! -mi amiga me apartó y casi me tira del sillón. -¿Nikki en serio?

Apoyé mi mano en la mesa para recuperar el equilibrio y la miré. -¡Sí! -comencé a relatarle la odisea del fin de semana, comenzando por el concierto. A pesar de que el día que la conoció, Blanca le había caído bien, Patricia había cambiado de opinión sobre ella y yo estaba bastante agradecida al respecto.

-¡Qué bonito! -exclamó -Aunque tu novio es realmente tonto por haber esperado tanto.

Volví a reírme con un ligero chillido. -Ya lo sé, pero igual.

Volví a comentar sobre su examen de inglés; eran los últimos y luego comenzaban las revisiones. Yo me estaba muriendo un poco de miedo con respecto a mis calificaciones, pero eso era bastante normal en mi. Lo único que me quedaba de consuelo era que todo eso significaba el final del semestre, por ende, vacaciones.

-¿Quieres ir a ver las presentaciones de inglés que faltan? -sugirió y yo asentí. La verdad era que no tenía nada mejor que hacer.

● ● ●

-¿Puedes dejar de hacer eso? -Paty tomó mi muñeca -Vas a derramar el café.

-No puedo evitarlo -me quejé -Estoy muy nerviosa.

-Pues tienes que calmarte. Todo va a estar bien.

Era viernes y eso significaba la última revisión y yo estaba teniendo un pequeño ataque de pánico.

-¿Y sí no? Necesito...

-Ya shhh -agitó su mano frente a mi cara -Esperemos a que llegue el maestro y después te puedes quejar si quieres.

Media hora después podía respirar tranquilamente pues había obtenido una buena calificación, Paty y yo solo teníamos que ir a la oficina a verificar que apareciera que teníamos el curso completo.

-Mira eso Nikki -conforme nos íbamos sentando mi amiga arrebató un folleto del escritorio y me lo pasó. -¿Por qué no entras?

Leí rápidamente las letras más grandes mientras la chica de administración volvía. -Jaja, no -lo dejé en el escritorio.

-¿Por qué no? -lo tomó de nuevo -Solo manda tu solicitud.

Negué una vez más. El folleto hablaba sobre la beca en el extranjero completa, ésta se rifaba entre los mejores promedios. Así que si tenías buenas calificaciones pero mala suerte, bueno, estabas jodido.

-Mándala tú -repliqué -Tenemos las mismas calificaciones.

-Pero te conviene más a ti -señaló una parte específica que no me molesté en ver -Entretenimiento -leyó en voz alta, mirándome de reojo.

-Que no, basta.

Antes de que pudiera seguir alegando con ella, la de administración regresó a su asiento y nos pidió nuestras matrículas para buscarnos en el sistema.

Mientras salíamos de la oficina y yo le deseaba buenas vacaciones, metió el folleto en mi bolso y sonrió. -Mándala.

-Qué no. Ten buenas vacaciones -le di un abrazo y luego ella se fue al estacionamiento y yo a esperar a mi mamá.

● ● ●

Mi teléfono sonó cuando yo estaba por entrar a Netflix en la televisión. Se sentía tan bien tener vacaciones finalmente, que lo estaba aprovechando demasiado bien. Siempre me proponía hacer ejercicio y esas cosas antes de que el próximo semestre empezara, pero era el segundo día de descanso y ese propósito ya estaba medio muerto.

-¡HOLA NIKKI! -gritó Santiago en cuanto contesté -¿Cómo estás?

-Sorda -contesté de mala gana.

-Lo siento -dijo sin remordimiento -¿Ya saliste de vacaciones?

-Puede ser.

-De todas formas es sábado ¿Vamos a...?

-No -interrumpí -Para que me dejes otra vez, no gracias.

-Uno, no te dejé jamas. Dos, voy a decirlo de nuevo y esta vez no va a ser una pregunta: Vamos al cine.

-Ah bueno -musité -Eso cambia las cosas.

-¿Nos vemos en la plaza?

-A las dos -acordé.


Después de ver una película muy mala de terror, Santiago y yo decidimos dar una vuelta por la plaza, ya que en el cine no podíamos charlar adecuadamente. Terminamos por comprar café y quedarnos dentro del Starbucks viendo a la gente pasar a través del ventanal.

-¿Y qué tal Alonso? -preguntó de manera casual y yo, pareciendo puberta de 14 años, me ruboricé hasta las orejas. Santiago chasqueó la lengua -¿Y ahora?

-No, nada -me aclaré la garganta.

-¿No, nada? -puso los ojos en blanco.

-¡Al fin somos novios! ¿Sabes lo que eso significa?

-No estoy seguro de querer saberlo... -hizo una mueca.

-Pues solo quería decir que era oficial -fruncí el ceño -Pero...

-Cállate, Nicole.

-Oh, oh -musité girándome un poco en el sillón.

-¿Ahora qué? -entornó los ojos -¿Ese es Misael Cabrera?

-Ajá.

-¿Y por qué te escondes?

-Porque mi novio y yo casi le rompemos la nariz.

-Ay, sí "Mi novio y yo" no seas mamona -me dio un codazo -Espera ¿Qué?

-Fue un accidente -me excusé.

Santiago soltó una carcajada que hizo que varias personas voltearan, incluido Misael.

-¿Crees que debería ir a disculparme? -me mordí la parte interior de la mejilla.

-Creo que el viene para que te disculpes -hizo un gesto hacia el castaño con su vaso de café y se recargó en su codo.

Genial.

-Nikki -saludó asintiendo con la cabeza y luego miró a Santiago frunciendo el ceño.

-Santiago -lo señalé -Iba en la prepa con nosotros.

-Ah -musitó Misael sin mucho interés -¿Puedo hablar contigo un segundo?

Mi acompañante arqueó las cejas y yo asentí otra vez. Nos alejamos unos cuantos metros, hacia la salida del café. Fue una charla bastante breve, en realidad, solo le dije que lamentaba haberlo golpeado y que esperaba que estuviese bien y él dijo una vez más que «no había querido decir eso» pero yo no le creía más. Especialmente por el comentario que hizo al final, cuando yo iba a volver con Santiago.

-Nikki -llamó y me giré para mirarlo nuevamente -Si tú fueras mi novia, no me avergonzaría decírselo a todo el mundo, pero al parecer a Alonso sí.

Si no hubiéramos estado en público lo habría golpeado de nuevo, creo que mi padre tenía un punto y me estaba convirtiendo en una bestia iracunda, pero en cambio me giré y continué mi camino.

Man On A Wire || a.v.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora