Al salir de aquella atracción, teníamos la ropa totalmente mojada. Empezamos a caminar hacia la siguiente atracción cuando notamos que alguien nos seguía, aunque en aquel lugar era difícil puesto que mucha gente va en tu mismo sentido. Pero sentíamos que nos seguían.

-Gira por la derecha.-le indiqué a Carla.

-¿Cuándo?

-Cuando el chico de la camiseta amarilla terminé de salir de la tienda. Pasará por detrás de nosotras, creo que será el mejor momento para despistarlos, si es que alguien nos sigue.

-No pienso quedarme para asegurarme.-asentí.

Cuando aquel chico terminó de salir de la tienda y bajó las escaleritas que había a la entrada, cambiamos nuestra dirección y caminamos hacia él. Cuando empezó a caminar nosotras empezamos a correr por el pequeño pasillo que había para acortar viajes de una atracción a otra.

Nos paramos al final de aquel estrecho pasillo y miramos hacia atrás, dos chicos mientras intentaban evitabar a la gente. Seguimos corriendo y cuando paramos para saber por donde ir, Carla tiró de mí y me arrastró donde quiso. Entonces los ví. Álvaro y David estaban sentados en un banco y cuando nos vieron correr se levantaron y andaron un par de pasos hasta que nos abalanzamos sobre ellos y les abrazamos.

-Sígueme el rollo.-le susurré en el oído a Álvaro.-¿se han ido ya?

-¿Quién?

-Dos chicos, camiseta negra y verde.-al cabo de un rato me respondió con un sí y me alejé de él para comprobarlo.

Avisé a Carla e inmediatamente se separó de David. Seguimos mirando para asegurarnos de que no había nadie y no les encontramos.

-¿Estais bien?-preguntó David

Asentimos y Álvaro se acercó a mí, me cogió de los brazos y me miró serio y preocupado. David hizo lo mismo con Carla.

-¿Seguro?-asentí.

-Vamonos a comer, ya casi es la hora.

Me pasó el brazo por encima del hombro y David, en cambio, lo pasó por la cintura de Carla. En aquellos momentos me sentía segura, y cuando estábamos sentado en la mesa esperando a la pareja, Álvaro se sentó a mi lado y no me quitaba la vista de encima mientras que David y Carla hablaban tranquilamente.

-Si quieres decir algo, no te cortes.-dije tranquila.

-Solo quiero saber si estas bien.

-Gracias por tu preocupación, estoy bien.-seguí jugando con la comida.

-¿Qué os ha pasado?

-Nada, no es importante.

Me cogió del mentón y me miró. En su mirada(con la que me quedé embobada) se podía ver mucha preocupación, angustia, y felicidad. Creo. Sus ojos eran lo más bonito que había visto en toda mi vida. Brillaban más que dos estrellas en el cielo.

Se acercó hasta unir nuestras frentes y nuestros labios apenas se rozaban. Admito que en aquellos momentos quería besarlo, quería que el espacio que nos separaba, se esfumara y uniera nuestros labios.

-¿Qué tal chicos?-era Carlos.

Carlos se sentó en el banco, pero no había espacio suficiente, empujó a Álvaro lo que provocó que Álvaro me empujara a mí, y por un momento, nuestros labios se rozaron. Se hubieran unido si no hubiera caído al suelo por la correa de empujones. Carlos y Yoli se sentaron en el banco con Álvaro y yo me senté con David y Carla, quienes me ayudaron a levantarme del suelo.

Le lanzé una mirada malhumorada a Carlos quien me sonrió con una sonrisa pícara e intentando ocultar una gran risa. Segundos después estalló en carcajadas con Yoli, a quienes se les unió David. Les lanzé una mirada asesina a los tres y luego una de suplica a Álvaro, me observaba con cautela.

-Basta ya, chicos. Carlos podrías pedirle perdón.-dijo Álvaro mientras a mí se me subían los colores.

-Perdona, pero ha sido gracioso.-se refería a Álvaro-Losiento.-me miró poniendo pucheros y cara de perrito abandonado.-¿Me perdonas?

-No es para tanto, y claro que te perdono.

***

CARLA

Me agradó que Álvaro y David se preocuparan tanto por nosotros, pero aunque Álvaro solo le hizo un par de preguntas a Rachel, David no paró en una media hora hasta que salimos del parque de atracciones.

Por la noche, los chicos nos invitaron a comer, y con chicos me refiero a Álvaro y a David puesto que a la parejita les perdimos la pista después de comer. Después de que nos trajeran la comida David empezó a hablar sobre una carrera.

-¿A qué hora tienes que estar allí?

-A las 23:00

-¿De qué hablais?-pregunté.

-De una carrera-empezó Rachel-en la que los mejores conductores de la zona o del país corren por el premio, que es el triple de lo que se apuesta normalmente. Y necesitan un copiloto.

-Sí, por cierto es esta noche.-dijo Álvaro.

-¿Esta noche?-asintió Álvaro-Me podías haber avisado antes.

-Se me olvidó. Pero ya te lo he dicho.

-Ahora.

-Vamos a comer.-dijo David.

Después de cenar, pagaron y Álvaro conduzco hasta llegar a donde tenían aparcados sus coches. Álvaro y Rachel se fueron en el suyo, David y yo en el de David puesto que tenía mi coche aparcado en casa de mis padres.

Cuando llegamos, salimos del coche y ya estaban todos preparados para la carrera. David me cogió de la mano y tiró de mí hasta llegar a la primera fila, pero no muy lejos del coche.

JUNTOS SEGUIREMOS EL COMPÁS(Auryn, no son famosos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora