Capítulo Acht­und­neunzig

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Artículo 22 Combate naval

Un combate naval es un enfrentamiento bélico que tiene lugar en el mar, generalmente entre fuerzas armadas que utilizan buques de guerra. Estos combates históricamente han sido de gran importancia en la estrategia militar, ya que el control de los mares ha sido crucial para el comercio, la movilización de tropas y la proyección del poderío de una nación. Los combates navales pueden implicar el uso de diferentes tipos de buques, como acorazados, cruceros, destructores, submarinos, entre otros.

Algunos combates navales a los que las FMSE se han presentado son:

1. Batalla de Trafalgar (1805): Esta batalla naval, que tuvo lugar durante las Guerras Napoleónicas, enfrentó a la armada británica bajo el mando del Almirante Horatio Nelson contra la armada combinada franco-española. La batalla resultó en una victoria decisiva para la armada británica, estableciendo su supremacía naval en el siglo XIX.

2. Batalla de Midway (1942): Durante la Segunda Guerra Mundial, la batalla de Midway fue un punto de inflexión en el Teatro del Pacífico. En esta confrontación, las fuerzas estadounidenses lograron una importante victoria sobre la armada japonesa, hundiendo varios portaaviones y cambiando el rumbo de la guerra en el Pacífico.

Isabela Denver.
Jueves 7 de Diciembre
Desplazadose por un cordel de aflicción.
Londres, Inglaterra.

     —Dile que no quieres que se case con Brus—. Me susurra Roz, está abrazándome. Mis lágrimas bajan por mis ojos no quiero esto. No quiero que el hombre que amo se case. No quiero que Brus se case con Asteria. Me siento tan mal. Me arde el corazón de una manera terrible he estado enamorada de Brus desde que tengo memoria. Desde que lo conozco por eso estoy en Rusia por qué él estaba allí.

     —Isabella, ya basta de llorar, me estoy asustando—. Habla Jid. Miro a mi hermano. Estamos en su apartamento. ¡Mañana se casa! ¿Por qué se debe casar? ¡No quiero que se case! Suspiró mientras me limpio la nariz.

     —Deja de tragar inservible —. Le tiro una almohada. Jid la esquiva sigue comiendo cereal. Sonríe.

     —Isabella Denver eres una de las mejores soldados de este planeta y no vas a poder decirle a la futura esposa de Brus que a su vez es tu amiga que no se case con él ¿En dónde has dejado tus ovarios hermanita? — A veces odio tanto a Jid. Ni siquiera conoce a Asteria ni a Brus, pero le he hablado tanto de él que ya sabe quién es.

     —Además, Asteria no le quiere, ella no lo ama, Isabella. Ella quiere al comandante, todo el mundo lo sabe, ella lo adora de no quererlo, no habría saltado de la aeronave por él. Una maldita isla se estaba hundido y ella saltó de la aeronave por él. Ella no se quiere casar con Brus—. Ambos tienen razón. Me limpio las lágrimas, me levanto de la cama. Aliso mi pantalón y mi camisa. Debo ir a convencer a Asteria de que no se case con Brus. Si alguien la puede convencer, soy yo. He vendido la torre Eiffel dos veces a magnates del petróleo, tengo uno de los más grandes poderes de convencimiento.

Camino fuera de mi habitación. Tomo el casco de la moto de mi hermano y una arma que guardo en la parte trasera de mi pantalón.

     —Llaves—. Le demandó en la saca de su pantalón y me las tira. Adoro a mi hermano por él, estoy en la milicia.

    —¿A dónde vas?—Me pregunta él —¿Quieres que te lleve?

    —Debo hacer esto sola, voy a buscar a Asteria, le diré que no podré soportar, que se case con Brus—. Tomo una chaqueta de cuero. Esta la utilizaba cuando estaba en mi primer año en Inglaterra, pensé que me veía sexy, ahora soy un poco más acuerpada, pero todavía me queda.

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