Capítulo Sieben­und­dreißig

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Faltas Leves;

Son faltas leves

FL1: No cumplir con compromisos financieros sin una justificación válida.

FL2:cNo prestar atención a la correcta presentación personal o del uniforme.

FL3: Participar en juegos de azar prohibidos por las normas o asistir a ellos vistiendo el uniforme.

FL4; Ir vestido con el uniforme a lugares que no sean apropiados para la categoría militar y el prestigio de la Institución.

FL5: Usar ropa que no cumpla con los reglamentos o uniformes inapropiados para el evento oficial o social en cuestión.

Asteria Magno
Desagüe
Lunes 14 de agosto
3:10 horas
Norilsk, Rusia.

Camino rumbo al la cabina que recubre el elemento puro de fermio, lo debieron crear no hace mucho. Me quito estos guantes y me pongo 3 pares de guantes de látex, pongo encima los de tela. Siento las manos entumecidas y con poca movilidad.

     —¿Qué carajos es eso? — Pregunta Viggo y se une a mi camino, tomo de mis suministros un tipo de caja para granadas. No es tan grande, no es tan pequeña, es mediano, esto servirá para transportarla. Es de madera. Hecho un poco de tela en esta caja «Debí traer papel burbuja». El fermio está blanco por el fósforo.

      — Fermio fosfórico—. Digo mientras avanzo hacia la cabina llegó a esta. Me sorprende que esté así de poco vigilado. Levanto la tapa de cristal y veo el vidrio blindado más grueso que jamás he podido observar. Al rededor de 15 centímetros de vidrio reforzado el elemento está ahí a una temperatura un poco fría. «No debo exponer esto, no a humedad ni a calor». Mi mano se mueve con precisión rumbo al fermio. Mi mano izquierda sostiene la caja. Tomo el elemento, lo muevo con cuidado, cualquier alteración por mínima que sea me hará caer la mano. La máscara me cubre de la redacción. Me puse una al acercarme a este compuesto químico.

Lo dejo en la caja con la mayor precisión que puedo para no cambiar nada, siento el martilleo de mi corazón, un bum, ese sonido es ensordecedor, solo deja ese movimiento cardíaco en mi cabeza, lleno el resto de la caja con tela para que no se mueva ni un poco. Brus tiene una caja, una un poco más grande, lo dejo en esta. Tomo la caja grande, me quito la máscara antigás. Tomo el frasco de vitaminas, le doy dos a cada soldado.

«Debo asegurarme que esta radiación no me cause tanto efecto»

      — Esta arma química está prohibida internacionalmente —. Hablo hacia Viggo y Brus—. Este es el alótropo del fósforo más reactivo y peligroso. Reaccionado con el fermio es una abominación. Este el compuesto químico más letal que se ha presenciado en mucho tiempo, ni siquiera sabía que era posible poner en reacción fermio y fósforo. Esto puede llegar hasta temperaturas de 900° C cualquier tipo de movimiento desencadenará la reacción y con el simple contacto con la atmósfera va a entrar en reacción o sea va a explotar.

Viggo pasa saliva al igual que Brus. Lo que tengo en las manos nos mandará a volar en cuestión de centenares de segundos, nos quemará tan horriblemente, nuestra muerte será una agonía excesiva.

      — Voy por Anggelos Y Blaz —. Dice Viggo y sale de la habitación. Camino con el elemento en mis manos. Demasiado peligroso para simplemente llevarlo. En las pasarelas tenía que controlar cada parte de mi cuerpo, debo mantener mi mano tan quieta como me sea posible. Bajo la caja. Blaz tiene una burbuja de cristal en donde podremos meter el elemento para mayor “Seguridad”.

Salgo de la habitación Brus me sigue los pasos, escucho voces ¿Quién carajos está en este maldito momento en la planta nuclear? Me muevo más ágil entrando en una habitación cercana. Es otro laboratorio. Veo uranio y plutonio. Veo máquinas enormes que sirven para crear reacciones. Me oculto en la oscuridad, manteniéndome totalmente quieta. El pelo blanco se dibuja en el pasillo que ante su presencia se encendió.

Cerberus  Where stories live. Discover now