Capítulo Vierzig

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FV17: No informar a tiempo al superior sobre el cumplimiento de las órdenes que haya dado.

FV18: No entregar a tiempo los documentos o tareas militares.

FV19: No llegar puntualmente al servicio o a las presentaciones obligatorias.

FV20: No reportar hechos que deben ser informados a los superiores, o hacerlo tarde o sin veracidad.

FV21: Obstaculizar el desempeño de las funciones y atribuciones de los miembros de la Fuerza Pública cuando estén cumpliendo con sus obligaciones.

Asteria Magno.
Norilsk, Rusia.
Huesos temblando.

Siento sus labios deliciosos sobre mi piel, el dolor se borra al estar entre sus brazos, el olor a sangre, los chillidos de las ratas dejan de estar en mi cabeza, todo se borra, el frío se quema con sus brazos sobre mi piel, sus manos me tocan con firmeza y delicadeza a la vez, todo es mágico, reconfortante. Todo es calidad, conforto y amabilidad. Sus labios son una puta locura, esos labios me calientan. Su olor, sus manos, su piel dura es todo lo que siempre había soñado, cada toque y recorrido que hacen sus manos sobre mí se queda grabado en mi cabeza.

Sus manos están en mis glúteos, el grado de intimidad es extremo, jamás me había dejado tocar de alguien en la manera en la que él me está tocando. Él no solo toca mi cuerpo, sino toca mi alma, sus caricias son caricias directas a mi esencia, escucho el sonido de su respiración agitada como sinfonías de un teatro. Tocó su cuello y dejo ahí mi único brazo bueno. Sus roces son suaves y delicados, en mi piel me toca queriendo tocar cada centímetro. Gimo ante la sensación de sus manos recorriendo cada curva de mi cuerpo.

La oscuridad no se vuelve mi enemiga, en este momento no quiero que él vea mis impurezas, las marcas, los golpes, las raspaduras. Huelo a sudor y a mugre, pero a él no le importa, me degusta bebiendo de mí, tomo todo lo que me da. Él baja su mano, la mete entre nuestros cuerpos. Acaricia mi seno derecho, pellizca mi pezón. Gimo apartando mis labios momentáneamente de él. Vuelvo a besarlo más apasionadamente. Llega hasta mis pliegues, los abre metiendo su mano entre mí. Él sabe que no he estado así con alguien más. Se lo dije. Pensé que se detendría, pensé que no le gustaría que yo fuera virgen, me derretí de ternura cuando me pregunto si quería que parara. No quería que lo hiciera, mi cuerpo está ardiendo por él.

Cada parte de mi sistema grita por sus manos. Mi cuerpo tiembla ante sus caricias, siento una necesidad devastadora en mí. Mi cuerpo grita por algo que no sé qué es. Mete un dedo dentro de mi cuerpo haciéndome gemir. Se siente una presionó preciosa dentro de mí, es una sensación que me calienta más, su dedo es una delicia dentro de mí. He tocado su polla con los pliegues de mi centro, se siente dura, muy dura. Baja dejando mis labios, se inclina un poco y se mete uno de mis senos a su boca.

Me derrotó ante ese acto, todo vibra, siento su lengua, degustar me los senos. Cierro los ojos y siento la humedad y calor de su boca sobre mi cuerpo. Gimo, estoy en otro lugar, uno donde todo brilla, está lleno de calor. Mete otro dedo en mi interior tratando de calmar mi sed de él. El cuerpo me vibra anhelando más. Quiero todo de él.

Mi mano solo esta en su cuello subo, hundiendo mis dedos en su cabello frío, tiene rastros de hielo, pero la sensación es hermosa, su cabello es suave, no veo bien, estamos en la mitad de la nada, todo es oscuro. No hay presencia de luz. No tengo el visor, solo puedo sentir. Mi cuerpo siente en exceso, cada parte de él está en mí. Me pegó a su torso desnudo y mis pechos se aprisionan a sus pectorales, él mete un nuevo dedo en mi interior haciéndome gemir. Solo los introdujo.

     — Eres demasiado estrecha, mi polla no va a caber en ti —. Me habla besándome el cuello. Sus palabras me lubrican más creando excitación excesiva. Siento sus dedos en mí y es verdad los estoy ahorrando — ¿Alguna vez te has masturbado?

Cerberus  Where stories live. Discover now