Capítulo Fünf­und­sechzig

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Capítulo 12. Funcionamiento.

El comando general tiene su sede principal el Washington. En donde 7 de las personas más importantes en el ámbito ético y moral. Consideradas santidades ante los ojos de la iglesia se instalan para llevar a cabo el óptimo funcionamiento de la más grande fuerza militar.

Este comando fue creado con el fin de no dejar pensar a personas éticamente cuestionables tomar decisiones que afecten el orden mundial. Este comando se fundó bajo el lema, de sí personas moralmente correctas quieren bombardear ciudades, es porque lo creado es mucho mayor que la ética de los diputados presentes. Equilibrando una balanza moral.

Asteria Magno.
Viernes 29 de septiembre.
Control y sumisión.
Lípetsk, Rusia.
22:03 horas.

Llegaron más Azi Dahakas, me arde el cuerpo, ya que ahora no hay dos sino 4. Ellas están hablando las unas con las otras en japonés. «No sé japonés». Veo la puerta y antes de entrar sé quién está ahí. Tomo los abanicos con cautela, los reviso quitando la parte superior de una de las antorchas, esta se convierte en una daga. Tomo la otra antorcha y esta se convierte en otra daga. Signe me mira a los ojos. Percibo mi entorno. Doy la orden silenciosa de atacar. «No quiero entrar a esa habitación».

«Las piernas me pesan».

«Las manos me tiemblan».

«La piel me pica».

«Me falta el aire».

«Mi corazón está agitado»

«Mi percepción está anormal».

Saco las dagas, soy ágil clavando en el cuello una daga. La saco de la aorta haciendo que las demás me vean. Signe se mueve más rápido y deja en el piso a otra. No les damos tiempo de pensar, ya que nos movemos con demasiada agilidad. Ellas son mucho mejores en técnicas ¿Por qué no tengo una pistola?

Veo el sable. Intento volver a darle, pero ella no deja que me acerque. Blandea su sable con fuerza y velocidad, me lleva al límite en movimientos, ella se mueve más ágil y veloz que yo. Me agachó evitando que me entierre el sable en la cara. Lo agita más veloz y con más precisión, solo estoy tratando de que no me dé.

Ella es experta en esto. Ella corta la trenza en uno de sus movimientos haciendo que esta caiga al piso «Tengo a una oponente demasiado fuerte». Esquivo la hoja de su sable moviéndome con mucha más fuerza. Trato de moverme para evitar su sable, pero ella es inquebrantable. Hace un movimiento con su sable que no alcanzó a esquivar y va directo a mi vientre, pongo mis manos, estás se perforan al sentir el metal entrando en mi piel. Me quedo en blanco al ver cómo la mitad del sable se entierra en ambas palmas de mi mano.

Siento una aflicción horrible y el dolor hace que quiera gritar «Un sable me perforó ambas manos». Ella aprovecha eso para sacar una daga y enterrármela en una pierna. Dejándome completamente inútil para volver a enfrentarme contra ella. Muevo mis manos mientras mi interior grita de dolor.

Trato de sacarlas del sable, pero eso se vuelve una misión imposible. Me tira contra la pared mientras ella llega a mi lado. No me deja moverme, baja una de sus manos hasta mi muslo. Saca la daga de mi pierna, de un tirón que hace que gima de dolor. La sangre sale al igual que la hoja de la daga. Mi carne arde. Veo como sube su mano con la daga. Me la pone en el cuello mirándome con unos ojos negros, son tan oscuros como la profundidad del mar.

Ella huele a muerte y sangre.

«Odio ambos olores».

   — Sabía que eras la ramera de Ikram —. Me habla en un ruso perfecto mientras me sigue sosteniendo las manos en el sable. El metal se siente frío al ser atravesado. Siento las lágrimas en mis ojos. Las manos las tengo perforadas.

Cerberus  Where stories live. Discover now