Capítulo Drei­und­zwanzig

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S2. Mostrar falta de respeto o desprecio al remover el uniforme, insignias o condecoraciones, o dañar los símbolos patrios o institucionales.

C1: esta infracción conllevará sanciones de nivel 5.

S3: Incumplir o intentar incumplir las leyes aduaneras, cambiarias, de fabricación o comercialización de armas, municiones, explosivos y materiales relacionados, así como equipos, vestimenta u otros artículos militares exclusivos de la Fuerza militar secretas especializadas.

C5: el incumplimiento de esta sanción será un castigo de nivel 5

S6: Pedir o aceptar directa o indirectamente comisiones o regalos en forma de dinero o bienes por la adquisición de bienes y/o servicios para la Fuerza Pública.

Parágrafo 13: el incumplimiento de esta será un castigo de nivel 5 y podría conllevar la muerte abierta o cerrada del componente.

S7: Ejercer el mando, ocupar cargos de responsabilidad o formar parte de tripulaciones aéreas, marítimas, fluviales o terrestres, o participar en operaciones de orden público bajo los efectos del alcohol o sustancias psicotrópicas adictivas.

C5: bajo ninguna ocasión el componente puede poner en riesgo la misión, de haber afectado la misión de forma negativa obtendrá un castigo nivel 4 o 5 dependiendo el tipo de misión en la que se haya desempeñado.

Una semana después.
Asteria Magno.
Alles beginnt mit dem Tanzen. I
Sábado 29 de julio.
Larochette, Luxemburgo.
22 horas.

Llevo dos horas en el castillo de Larochette este castillo queda en la mitad de la nada, y no miento estamos en un tipo aldea medieval. Si no fuera por el comunicador que tengo y que me mantiene en comunicación con la tropa de inteligencia, pensaría que estoy perdida.

Apenas llegué uno de los jefes de uno de los carteles más peligrosos del planeta, me “apadrinó” solo bastaron segundo para que él decidiera ser mi padrino. Uno a mí y otro a Léa. El jefe del cartel colombiano me apadrinó a mí y el jefe del cartel mexicano apadrinó a Léa. Ambos se enamoraron de nosotras, pero en una forma que no es sexual. Ambos llegan Luis Antonio Aguilar y Paolo Narváez. Son más bajos que nosotras, pero tienen una simpatía única.

     — Es hora, niñas preciosas, todos ya llegaron, no nos hagan quedar mal—. Dice Paolo y yo me levanto de mi asiento. Estuvimos aquí desde que llegamos Larochette hace un par de horas. Nos maquillaron, nos peinaron, nos vistieron con telas trasparentes que dejan ver mis pezones, jamás en la vida me he sentido tan desnuda. No llevo nada debajo de esta tela super trasparente solo pintura en aerosol dorada, en mi cabello hay una corona de rosas blanca con muchas flores pequeñas blancas y hojas naturales. Me hubiera encantado vestirme solo con flores blancas, no con esta túnica nudista.

Miro a Léa y veo su cuerpo marcarse sobre la tela, «No puedo salir a sí». «Parezco una puta». «No quiero parecer una puta». Respiro, hace cinco años dije que no volvería a hacer esto. Me prometí que no volvería a bailar para nadie. He roto esa promesa y ahora no solo voy a bailar para un mafioso de mierda en Brasil, sino para medio mundo criminal. Salgo con la lira en mis manos. Léa mantiene una sonrisa en su rostro que cautiva multitudes.

     —Lo harás de maravilla, estoy segura de ello, no te preocupes, somos las gemelas espejo y estaré a tu lado—. Habla Léa. La única capa de protección que siento es el cabello, me colocaron extensiones que llegan hasta la mitad de mis muslos, la mitad de mí es cabello. Mi cabello llega hasta mi mandíbula, por eso Sergey me llama blanca nieves, yo a él le llamo bella durmiente.

Cerberus  Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin