ℂ 𝕒 𝕡 í 𝕥 𝕦 𝕝 𝕠 𝟛 𝟙

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𝓓𝓪𝓮𝓷𝓪


Helion, de piel morena y brillantes ojos dorados, resplandecía entre todos, con una corona de puntas doradas que sobresalía de su cabellera oscura, vestido con una toga blanca, camine firme, intente relajar mi mirada, aparte su mirada me estaba irritando mis ojos, era demasiada luz. 

Me incliné como lo hizo aquel macho junto a mí, ¿Cuándo había de distancia entre los tres? ¿Dos, tres metros? Aun así, sentía la frialdad de su mirada. Escuché las puertas cerrarse. Tenía ambas manos apoyadas en los respaldos, encontré algunas cicatrices en esa piel, hizo un gesto así que hable. 

—Saludos a su señoría departe del gran señor del amanecer, yo soy Calisto Enid, la traductora que su señoría Thesan envía para- 

—Muéstramelo —su voz era fría y cortante, podía sentir la dicha del viejo macho, cerré la boca, tomando la tela, descubriendo la caja, luego con un simple clic, esta mostró su contenido. El forro oscuro resaltó al instante, por un momento creo haber visto algo de emoción, otro movimiento y uno de los dos machos a sus lados se movió, entendía qué querían hacer, el sonido de la caja cerrarse, retumbó por el lugar. Sentí el cambio de humor al instante. 

—Siento mucho mi brusquedad, su señoría, pero este libro pertenece a la corte del amanecer, solo yo puedo tocarlo y solo yo puedo darle lo que necesita 

Claro que no esperaba encontrarme con una mirada contenta, pero la sonrisa cruda y salvaje que halle, me puso más atenta. Un simple movimiento y la caja estaba en sus manos, no pude reaccionar con rapidez por esa luz. Pero cuando la intentó abrir, no lo logró, dos veces, solo dos veces le bastó para mirarme con furia. ¿Realmente solo yo la podía abrir? Reprimí mi alegría, inclinando la cabeza. La caja volvía a estar en mis manos, más caliente que antes. 

 —Bien, sabes que mentirle a un gran señor es una falta terrible y el precio es muy alto —levante la mirada, dejando mi mano sobre mi pecho. 

—Lo que promete su gran señoría, Thesan, es verdad, le comentó que podría resolver esto, le pido que confíe en su palabra. Ambos aceptaron, si fue una orden, daré lo mejor de mí, para no decepcionar a mi gran señorTerminé inclinando la cabeza, podía sentir aquella mirada recorrerme. 

 —Esperemos eso Enid, o ese libro regresa solo —amenazas vacías, para mí. Otro movimiento, la misma hembra apareció cerca de mí. 

—Su señoría —una inclinación, giré dándole la espalda, tragándome los temblores, me ardía el brazo, una vez fuera, justo antes de cerrar las puertas, vi el destello dorado de la corona de Helion.

☀️

No hablamos, por el cambio aprecié las estatuas en los jardines en diferentes poses y hechas de diferentes piedras, qué extraños eran. 

La Diosa De La Oscuridad ✴Where stories live. Discover now